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Los San Antonio Spurs certifican su buen hacer como visitante y se meten entre los clásicos

Los Spurs de Duncan y Popovich no tienen el glamour de los Lakers ni el talento de los Celtics de los 80, pero en el último mes han alcanzado un récord histórico: el texano es el tercer equipo de la NBA que obtiene un balance positivo fuera de casa durante diez temporadas seguidas.

Cuando quedan 19 partidos y un mes de competición regular de la NBA, San Antonio Spurs ha vuelto a cerrar su bagaje como visitante en positivo. Su casillero fuera de casa marca un escalofriante 24-10 y, aunque todavía tendrán que ejercer en otras siete ocasiones de visitante, su récord será positivo.

El hito es histórico. Tan sólo dos franquicias clásicas en la liga como Los Angeles Lakers y los Boston Celtics han realizado la misma gesta: obtener más victorias que derrotas fuera de su propia cancha durante diez temporadas consecutivas.

El balance global de los Spurs es de 44-18, y esto les sirve para ser el tercer mejor equipo de la liga, sólo por detrás de Dallas Mavericks y Phoenix Suns.

La presencia de las espuelas en los play offs está asegurada como en las últimas diez. Y los principales protagonistas de que los Spurs se hayan convertido en uno de los grandes de la NBA son el ala-pivot Tim Duncan y el entrenador jefe Gregg Popovich, sin desmerecer en absoluto a David Robinson.

Fue una lesión de Robinson la que hizo que los Spurs no alcanzasen los play offs en la temporada 1996-97. La franquicia se quedó en un triste récord de 20-62; su entrenador de aquel entonces, Bob Hill, fue sustituido por un asistente llamado Gregg Popovich; y como número uno del draft llegó un joven ala-pivot y antiguo nadador procedente de la universidad de Wake Forest llamado Tim Duncan.

Con Robinson recuperado, Duncan firmando una temporada inicial de ensueño y Popovich imprimiendo un fuerte carácter y una disciplina casi militar desde el banquillo, los Spurs volvieron a las eliminatorias por el título en la temporada 1997-98. Desde entonces y hasta hoy, no han faltado a ningún play off y han resultado ser uno de los equipos más letales como visitante.

Dos pivots, dos estrellas

Con Robinson en la cumbre de su carrera y Duncan en plena curva ascendente, los Spurs comenzaron a alargar su sombra y a engordar sus vitrinas con el primer anillo de su historia. Fue en el año del cierre patronal que hizo peligrar la temporada 1998-99, en la temporada regular de los cincuenta partidos, cuando los Spurs se deshicieron de los Lakers en la final de conferencia, derrotando a los Knicks de Nueva York en la final absoluta por un claro 4-1.

Todo parecía indicar que acababa de nacer una nueva dinastía capaz de dar a San Antonio un buen puñado de anillos. Pero el esplendor de la pareja formada por Kobe Bryant y Shaquille O'Neal en el campo, certeramente dirigida desde el banquillo por Phil Jackson, se adjudicó tres títulos de una tacada para los Lakers y pareció dejar a San Antonio en la cuneta.

Los Spurs deben de creer en el karma, ya que los hechos, las casualidades y las aparentes fatalidades los han llevado a ser una de las franquicias más fuertes. Su vuelta a la consecución de un anillo vino condicionada por dos hechos: David Robinson anunció su retirada para el final de 2003 y el equipo estrenó el SBC Center. Además, un nuevo y poco ortodoxo base francés, Tony Parker, había impactado fuertemente en el esquema del siempre rígido Popovich, y los Spurs se llevaron el anillo del 2003.

En la siguiente temporada, los Lakers cerraron la puerta de las finales a los Spurs. Pero un año más tarde, Manu Ginobili se convirtió en una pieza fundamental para Popovich y el equipo volvió a conseguir su segundo anillo en tres años tras derrotar a los Pistons de Detroit por 4-3.

Regularidad

Regular. Esa es la palabra que mejor define la estructura de la plantilla. Esa regularidad puede pasar apuros ante la brillantez de las tres franquicias favoritas para alcanzar el título: Dallas, Phoenix y Miami.

Tim Duncan necesitará las mejores versiones de Manu Ginobili y Tony Parker para que los Spurs tengan opciones de alcanzar las finales absolutas. Antes, Popovich y su esquemático baloncesto tendrán que superar a Dallas y a Phoenix, una misión que se antoja complicada. Pero con Duncan en la cancha y Robert Horry en la recámara, todo es más que posible.

Ladilloa

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Izkander FERNANDEZ

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