Mikel Balerdi
Ciudadanos navarros
Art. 5.1. «A los efectos de la presente Ley Orgánica, ostentarán la condición política de navarros los españoles que, de acuerdo con las leyes generales del Estado, tengan la vecindad administrativa en cualquiera de los municipios de Navarra».
Así lo dice textualmente la Ley de Amejoramiento Foral. Yo tengo un amigo navarro de Urepel. Todos sus antepasados han sido navarros, él sigue hablando el dialecto bajonavarro, como lo hablaban sus padres y sus abuelos. El euskara es su primera lengua, por delante del francés y del castellano. También tiene adornadas las puertas de su casa con las cadenas del escudo de Navarra.
Sin embargo, mi amigo no es considerado navarro, según el concepto de navarridad que defiende el Amejoramiento del Fuero. Para hacerlo, primero tendría que renunciar a la nacionalidad francesa que le impusieron al nacer y después hacerse español. Sólo así podría ostentar la condición política de navarro.
A unos pocos kilómetros de Iruñea, desde Urepel hasta Bidaxune, hay miles de navarros a quienes UPN-PP niega su condición de navarros. Ninguno de ellos ha sido invitado a acudir a la manifestación de hoy en Iruñea bajo el lema «Navarra no se negocia». En cambio, sí han invitado «a todos los españoles», aunque vivan a mil kilómetros de Iruñea. ¿Quién negoció la partición de Navarra? ¿Quién colocó 276 mugarris entre Endarlatsa y la Mesa de los Tres Reyes? Desde luego, no fueron navarros.
Mi amigo de Urepel conoce tan bien la muga como la historia. Sabe distinguir perfectamente entre un navarro y un español, igual que distingue a un navarro de un francés. Mi amigo de Urepel no tiene ninguna intención de acudir a la manifestación de este sábado en Iruñea convocada por UPN-PP. ¿Por qué? Simplemente, porque es navarro, no español.