Las matemáticas, e incluso los precedentes, dicen que el ascenso aún es un objetivo posible para el Alavés, pero la lógica invita a la resignación. Los doce puntos que separan a los albiazules del tercer clasificado dejan bastante claro que lo más probable es que haya que pasar otro añito en el «infierno».

Sobre todo porque al equipo gasteiztarra sigue costándole muchísimo ganar los partidos. Si bien es cierto que, tras la dolorosa derrota ante el Málaga, ha acumulado cinco jornadas consecutivas puntuando, no lo es menos que en las dos últimas no ha sido capaz de pasar del empate, resultado insuficiente a todas luces para seguir manteniendo sus aspiraciones.

Mañana recibe a un rival bastante mejor situado en la clasificación pero con peor racha, lo que le está alejando inexorablemente del objetivo que comparte con los alaveses, el ascenso. Y es que tras un arranque de año espectacular, con cinco victorias consecutivas, el Cádiz ha empalmado ahora cinco jornadas en las que apenas ha sido capaz de sumar un triunfo. Sus dos últimos tropiezos, además, se han producido ante rivales de la parte baja de la clasificación, lo que ha acabado de confirmar el mal momento de los andaluces.

No es de extrañar que en Cádiz hablen de la «imperiosa» necesidad de ganar en Mendizorrotza, viendo que los de arriba no ceden y que, en consecuencia, su desventaja respecto al tercer puesto se ha ampliado hasta los ocho puntos. «Es un partido muy importante -reconoció ayer José González-. Jugaremos ante un rival duro y complicado, pero tenemos la necesidad imperiosa de sumar los tres puntos». Y es que el técnico reconoce que «el margen de error se acabó hace mucho tiempo para el Cádiz».

Pese a todo, apuesta por «tener el ánimo alto», algo en lo que confía, viendo que la plantilla gaditana «está fuerte anímicamente. Mis futbolistas se sobreponen bien de los palos recibidos y están muy implicados en el trabajo, porque están seguros de que el objetivo se puede conseguir».

No lo tiene tan claro en el caso del Alavés. González considera al cuadro albiazul «un rival difícil, más aún en su campo, y con jugadores de gran calidad», pero se muestra sorprendido con que mantenga sus aspiraciones de ascenso. «Me sorprende que piensen en éso -confesó el técnico-, pero ojalá lo consigan. Y nosotros con ellos, claro».

Navarro, titular

Lo cierto es que, por difícil que sea, los albiazules están, lógicamente, dispuestos a quemar sus últimos cartuchos.

Empezando por el de mañana, un partido en el que, en principio, Rubén Navarro sustituirá a Ogbeche en punta. También regresará a la alineación Ardouin, en este caso por la sanción de Porató. Y el que todavía no sabe siquiera si podrá entrar en la convocatoria es Jandro que, tras haber padecido gastritis y catarro en los últimos días, ayer trabajo por su cuenta, mientras el resto de la plantilla realizaba la habitual sesión de baño y masaje de los viernes.

El equipo volverá a ejercitarse hoy en Mendizorrotza, a partir de las 11.00.

Día del padre

El Alavés, por otra parte, se sumará mañana al Día del Padre. Los aitas que lo deseen podrán apuntarse a la foto con el equipo previa al partido. Los que se apunten -deberán hacerlo hoy de 10.00 a 13.30 en Mendizorrotza- participarán en el sorteo de una camiseta firmada por los jugadores.