El inicio de las obras de construcción de la Torre Iberdola supone la materialización del tercer hito arquitectónico en el desarrollo del nuevo ensanche de Bilbo tras el Museo Guggenheim y el Palacio Euskalduna. El propio artífice del Master Plan, el arquitecto argentino César Pelli, definió hace un lustro el emblemático rascacielos como «el centro de un nuevo espacio muy, muy especial del Ensanche».

Cada vez quedan menos espacios que urbanizar en las cerca de 35 hectáreas de Abandoibarra. «El ensanche del Ensanche», en palabras de Pelli. Tras la ampliación del parque de Doña Casilda, desde 2005 se construye la nueva biblioteca de la Universidad de Deusto, diseñada por el arquitecto navarro Rafael Moneo, para la que el Consistorio bilbaino ha destinado una aportación de un millón de euros a un proyecto que costará -según el rector Jaime Oraá- «cerca de 40 millones de euros». La previsión es que abra sus puertas en octubre de 2008. El centro acogerá en sus fondos más de 800.000 libros, de los que una cuarta parte serán de libre acceso.

Aunque ahora sólo se ven grúas y hormigón, será un espectacular bloque acristalado de «esquinas redondeadas», de 3.000 metros cuadrados de plantas, enfrente de la pasarela Pedro Arrupe. Dispondrá de 22.275 metros cuadrados de superficie distribuidos en diez plantas, la mitad bajo tierra.

Pronto, frente a la nueva infraestructura de la universidad de los Jesuitas, se levantará el Paraninfo de la UPV-EHU, proyecto del portugués Alvaro Siza, financiado por BBK. Tendrá una superficie de alrededor de 8.000 metros cuadrados, de los que 1.400 se dedicarán al auditorio y a salas de reunión, 1.600 a espacios de exposición y 1.200 a oficinas.

El tercer hito de Abandoibarra, la Torre Iberdrola, se asentará en el parque de la Campa de los Ingleses. Una superficie de 25.000 metros cuadrados, cuyo diseño todavía no se ha concretado, que abarca desde la avenida Abandoibarra hasta las futuras sedes de la Universidad de Deusto y UPV-EHU.

La colocación de la primera piedra dará paso a cuatro años de obras para edificar un rascacielos que tendrá 15 metros más de los previstos inicialmente, alcanzando los 165. Por sus dimensiones, se divisará desde El Abra, a quince kilómetros de distancia.

La compañía eléctrica que da nombre al edificio ubicará aquí su sede -en la que trabajarán 400 empleados- y también acogerá un hotel de cinco estrellas y posiblemente oficinas de La Caixa y otras firmas de prestigio e instituciones. Iberdrola y Promotora Vizcaína, su socia en la operación, tendrán que colocar 25.000 metros cuadrados de oficinas en un mercado saturado. La compañía que preside Ignacio Galán se «interesó» por el proyecto -desechado por la Diputación en 2003- después de que consiguiese en 2005 que el Ayuntamiento le recalificase su amplia y céntrica sede en la calle Gardoki para uso residencial.

Abierto a la Plaza Euskadi

El acceso se hará a través de un amplio espacio vidriado, que se abrirá a la plaza Euskadi, asomándose entre dos bloques de viviendas. El gran lobby de entrada tendrá una altura libre de 10 metros en su punto más alto y estará integramente cerrado por un acristalamiento de forma escultórica, que lo hará acogedor de día y resplandeciente y calido de noche.

A ambos lados de la torre se levantarán dos edificios de viviendas, proyecto que elabora el arquitecto catalán Carlos Ferrater. Los inmuebles albergarán 140 pisos de lujo en sus siete plantas y tendrán fachadas traslúcidas de vidrio y acero.

El complejo se asomará a la nueva plaza Euskadi, concebida por la arquitecta paisajística Diana Balmori, que trabajó con Pelli y Eugenio Aguinaga en el Master Plan de Abandoibarra. En este espacio aún por acometer confluirán la alameda Mazarredo, el puente de Deustua, las calles Lehendakari Leizaola y Elcano, así como la dedicada a Ramón Rubial, aún tan sólo trazada en plano, que subirá en línea recta desde la pasarela Pedro Arrupe.

En su subsuelo, y en un tramo de la futura calle Ramón Rubial, habrá un aparcamiento de unas 750 plazas de las que la mitad se destinarán a residentes. Los usuarios podrán utilizar cuatro accesos para vehículos que estarán situados junto a Mazarredo, en el vial bajo el puente de Deustua, en la propia calle Ramón Rubial y en la esquina frente al centro comercial Zubiarte.

En su superficie, medio metro por encima de la cota de la calzada, se extenderá una superficie ovalada de 6.000 metros cuadrados, en la que en su contorno se plantarán plátanos y tilos, por ser árboles de gran altura y follaje espeso, además de alcornoques y encinos, «porque permanecen con sus hojas en invierno», y almendros «para tener algo de flor», explicó Balmori, quien apostilló que esta plaza elíptica tendrá «mucha vegetación».

Se instalará una fuente con tres niveles pequeños de agua, de modo que, al quedarse seca, «parezca más una escultura que una fuente vacía». Un camino central y varios secundarios serpentearán este espacio de estancia y paso, en el que se colocarán bancos y unas chimeneas artísticas para ocultar las salidas de aire del parking subterráneo. Aunque el alcalde de Bilbo y presidente de Ría 2000, Iñaki Azkuna habló ayer de «mucho dinero», se estima que el proyecto costará unos tres millones de euros.

Las obras comenzarán en 2008 y se prolongarán «un año y varios meses, como todas», afirmó Azkuna, quien insistió en la necesidad de ir escalonando los trabajos que se desarrollan en la villa para que «no nos dé un empacho». En el otro extremo de la plaza, junto al Museo de Bellas Artes y el parque, se edificará un bloque de viviendas de ocho alturas. con un máximo de 190 pisos, y cinco de aparcamiento subterráneo con capacidad para unos 200 vehículos. Sus autores son el luxemburgués Rob Krier y el francés Marc Breitman.