BBVA celebró ayer la Junta General de Accionistas en el Palacio Euskalduna de Bilbo. Varios accionistas criticaron el sueldo millonario del presidente del banco multinacional, Francisco González, que en 2006 percibió en total cerca de 20 millones, entre la retribución fija, la variable y el fondo de pensiones.

Carlos Pérez, un accionista minoritario, explicó en su intervención que la remuneración total del presidente ascendió a 19,7 millones. «La sociedad está repudiando las enormes ganancias de los jugadores estrella de fútbol, pero vemos que existen también otras remuneraciones muy altas». Añadió que, incluso, el presidente de la CNMV, Manuel Conthe, reclamó el año pasado «que se templaran las remuneraciones de los altos ejecutivos, pero no se ha cumplido. Es preocupante». Por ello, lamentó que «se permita esa aberración, que choca con la iniciativa de crear una fundación para otorgar microcréditos en América Latina». Gloria Menbiela, una ex trabajadora de BBVA, ya jubilada, se quejó de que tuvo que jubilarse a los 65 años «por culpa de la dirección del banco y de los sindicatos que firman convenios que hacen perder poder adquisitivo a los trabajadores». También tachó de «escandalosa» la remuneración de González y el blindaje millonario que tiene, junto al del consejero delegado, José Ignacio Goirigolzarri, y el del secretario, José Maldonado, en caso de que tengan que abandonar el banco antes de que termine su mandato». A la vez, esta accionista se quejó de que BBVA «se aprovecha de los titulados universitarios porque les paga un 60% del salario. Son mileuristas y, sin embargo, el comité ejecutivo y el consejo de administración reciben retribuciones exageradas». En la contestación, González subrayó que las retribuciones están designadas por el Comité de Nombramientos y Retribuciones y tienen en cuenta «lo que pasa en el mundo». Sostuvo que la razón ética de las críticas por el sueldo millonario «es discutible».

También le criticaron porque cuenta con 600.000 acciones a su nombre. González aseguró que «las he comprado con mi dinero, no se debe a ninguna compensación».

Los representantes sindicales que intervinieron en la Junta General, sin embargo, no pusieron el acento en el abultado salario del presidente del BBVA, sino que más bien se fijaron, en el caso de CCOO, en si los empleados van a contar con una paga extra con la conmemoración del 150 aniversario y por el buen resultado económico de la entidad, como explicó Juan José Giner, representante de la formación sindical. González rechazó esa posibilidad.

Por CGT intervino Amadeo Pérez, quien reclamó el cumplimiento de la legislación en materia de conciliación de la vida laboral y familiar, además de terminar «con el techo de cristal que supone el sistema que se utiliza de la carrera profesional en el banco». Mientras que Luciano Lucilde, de CIG, criticó al presidente de BBVA por «la no aplicación de la conciliación de la vida familiar y laboral» dentro de la actividad diaria, «ya que se eleva la jornada laboral por encima de lo acordado en los convenios», a la vez que lamentó que «todavía, después de ocho años de la fusión, los beneficios sociales no se aplican por igual a todos los trabajadores del grupo». Criticó que «se hable de que la plantilla es el principal activo pero después no se nos tiene en cuenta en el reparto de beneficios. Sin embargo, a los consejeros se les otorgan más beneficios y más poder». También interpelaron a González sobre si las oficinas van a prolongar la actividad por la tarde.

En cuanto a los horarios, González aseguró que «deberemos de dar servicios competitivos», por lo que dejó claro que esa medida se adoptará en BBVA si se extiende en el resto de bancos. Varios accionistas, entre ellos el representante de CIG, pidieron a BBVA que utilice el euskera y el galego tanto en las oficinas como en las páginas de internet referidas al banco «si queremos ser un banco global, como nos dicen».

En la Junta General se acordó la creación de una Fundación para impulsar los microcréditos en Latinoamérica dotado de 200 millones. El presidente del BBVA recordó que en las zonas empobrecidas está ocurriendo que «el que tiene más cada vez tiene más y el que menos, cada vez menos». En ese ejercicio de hipocresía, González recordó que esa fundación será una entidad económica y no social. «Se tratará de dar acceso a créditos de 50 y 100 dólares».

Trabajadores de la empresa Kemen se concentraron ayer frente al Parlamento de Gasteiz para protestar contra el expediente de regulación de empleo que puede suponer la pérdida de 56 contratos de trabajo.