«La arquitectura influye en el estado de ánimo de la persona que la habita"
El Museo Guggenheim ha dedicado un ciclo al cine relacionado con la arquitectura, con presencia, entre otros, de Mirjam Von Arx, realizadora de «Building the Gherkin», un trabajo galardonado con el Premio Honorífico al mejor reportaje del Festival Internacional de Cine sobre Arte de Montreal.
Izaskun LABEAGA | BILBO
¿Con qué ambiente se encontró en su primera visita a Londres?
El proyecto recibió duras críticas, sobre todo de los medios de comunicación. Algunos se posicionaron el contra de la obra por sus dimensiones. Consideraban excesiva la altura del edificio y tampoco les convencía el diseño, con una curvatura que iba a alterar la horizontalidad de los edificios circundantes. Se escucharon otras voces contra la ubicación elegida. A mí me llamó muchísimo la atención todo aquello, incluido que una empresa procedente de Suiza, un país conocido por su carácter tranquilo y pacífico, estuviera siendo acusada de destruir el skyline de Londres.
El reportaje sigue el proceso de construcción del rascacielos. ¿Recoge también las voces de partidarios y detractores?
No me interesaba una cinta que fuera atractiva únicamente desde el punto de vista de la arquitectura. Quería reunir las distintas opiniones: la de la empresa suiza, la del arquitecto y la de los personajes que tenían interés en hacer esta construcción. Además, reflejé las noticias que fueron apareciendo en los medios de comunicación. Es significativo comprobar cómo las opiniones muy negativas fueron transformándose con el paso del tiempo, hasta el punto de considerar el edificio como algo positivo para la ciudad.
Según su impresión, ¿qué fue lo que propició la aceptación del «Pepino»?
He de reconocer que yo misma siento que el edificio es un poco mío, porque acabó envolviéndome. He estado en contacto con todas las personas que han tenido relación con el edificio: el cliente, el arquitecto, la población, las autoridades... Ha sido un trabajo emocionante ver cómo los técnicos y también los ciudadanos han participado en el proyecto con pasión. Vivir ese proceso acaba involucrándote.
Presenta la construcción como un trabajo coral. ¿Ha huido del clásico filme sobre el arquitecto estrella?
Foster trabaja en un montón de proyectos al mismo tiempo. Pero éste de Londres era muy importante para él porque se iba a construir en su ciudad. Además, después de la polémica que había rodeado al proyecto, sabía que su imagen ante los londinenses iba a depender del resultado final de este proyecto. Aún así, me interesaban todos los personajes y sus historias. Foster era la cabeza pensadora pero Sara Fox, directora del proyecto era el corazón.
No había abordado antes una cinta relacionada con la arquitectura. ¿Qué le atrajo de este campo?
Esta ha sido mi primera película relacionada con la arquitectura; yo no tenía ninguna experiencia previa sobre esta disciplina. También ha sido el proyecto más largo de mi vida, duró nada menos que cinco años. Yo me interesé por esta obra cuando era simplemente un plano. Me causó curiosidad y decidí seguir todo el proceso hasta que la gente ocupó el edificio y se puso en funcionamiento.
¿Su visión sobre la arquitectura monumental contemporánea era distinta a la que tiene ahora, después de la filmación?
Siempre he valorado el carácter artístico de la arquitectura y he creído también en la influencia que puede ejercer sobre los ciudadanos. A pesar de ello, no pensaba que un edificio pudiera tener tanta importancia para una ciudad. Es muy distinto trabajar en un edificio que no te gusta a hacerlo en uno que te encanta, porque va a afectar a tu estado de ánimo. He descubierto la relevancia que tiene aquél que encarga un proyecto, idéntica e incluso mayor a la del arquitecto. Éste puede tener ideas fantásticas pero es el cliente quien decide y tiene la última palabra. Me ha sorprendido la influencia del cliente sobre el técnico, por famoso que sea.
¿Cree que el cine puede contribuir a una mejor comprensión de la arquitectura?
Para mí lo importante en este reportaje no ha sido el edificio, sino la gente.
¿No le interesa la ficción?
Me encanta filmar la realidad y me gusta el documental, que presenta los hechos tal y como son. No significa que nunca vaya a hacer ficción, pero hoy lo que me interesa es la vida real y el documental como el medio para llegar al espectador.