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Kobe Bryant desafía a la historia de la NBA con cuatro partidos por encima de los 50 puntos

No es que Kobe lo tire todo. Es que lo hace por encima del 50%. Cuatro partidos seguidos, 76 canastas, una media de 56,3 puntos para un total de 225 tantos. Cifras y más cifras. Exceso y baloncesto en estado puro. Ni defensas ni sistemas. Un jugador y una canasta.

Kobe Bryant puede no caer bien. Es joven, siempre lo ha sido. Es guapo, a las mujeres les atrae. Tiene mucho dinero. Es el protagonista. Es engreído. Juega en Los Angeles Lakers y lo hace como a él le da la real gana. No piensa en otra cosa que no sea mejorar y ser el mejor. Es normal que a ese nivel, Bryant gane más antipatías que simpatías.

Además, por si fuera poco, sobre la cabeza de Bryant pende una acusación de violación no probada. Un culpable a priori. Otro. Que cada uno piense lo que quiera porque siempre hay dos vertientes: «si se le acusó, por algo será». Pero eso vale tanto como decir «¿Y si no es verdad, cómo se demuestra, cómo se hace?».

A Kobe siempre se le compara con Jordan. Y Kobe siempre dice que su ídolo no era éste, sino Magic Johnson. A Kobe le ha tocado llegar desde el instituto siendo un crío a una de las canchas más calientes del planeta para lidiar con prensa, público y otras superestrellas que han pasado por su lado. Parece que Bryant ha podido con todos.

Lo dicho, Kobe Bryant no cae bien y la sombra de su inocencia y la de Michael Jordan siempre sobrevolarán su cabeza, pero él es uno de los pocos jugadores actuales de la NBA que puede conseguir que un simple partido sea una experiencia especial.

A su particular carrera de excesos baloncestísticos y matemáticos hay que unirle un nuevo hito: anotar cincuenta o más puntos durante cuatro partidos consecutivos. En concreto fueron 65 contra Portland Trail Blazers para ganar por 116 a 111; 50 frente a Minnesota Timberwolves para sumar una nueva victoria por 107-102; 60 para derrotar a Memphis Grizzlies 121-119; y 50 para deshacerse de New Orleans Hornets por 111-105.

No cabe pensar que Kobe actuó como un simple robot, como el típico niño mimado que puede hacer lo que le da la gana y se tira hasta las zapatillas. Bryant sobrepasa el cincuenta por ciento de acierto cada noche y por el camino reparte unas cuantas asistencias y mete algunos triples imposibles. Un superhéroe que busca la corona a través del esfuerzo en la cancha, no a través de la boca en los medios.

La historia dice que con lo que hizo durante esas cuatro noches, deja atrás a Elgin Baylor, otro histórico de los Lakers, que en diciembre de 1962 anotó cincuenta o más puntos durante tres partidos consecutivos. Los libros de estadística también dirán que tan sólo el gigantesco Wilt Chamberlain, uno de los mejores entre los mejores, aguanta el tipo ante la actuación de Bryant, ya que el ex pívot logró la épica de superar la cincuentena de puntos durante siete partidos consecutivos allá por 1962.

Y Jordan vuelve a cruzarse en el camino. Porque al igual que Baylor, Bryant ha dejado atrás a Jordan porque éste superó los cincuenta puntos en cuatro ocasiones a lo largo de su carrera, Bryant, tras la exhibición del año pasado cuando anotó 81 ante los Raptors de Toronto, ya lleva cinco.

Todo esto ocurre en una liga en la que la mejor media de puntos por partido es para el propio Bryant, con 30,8 tantos.

Una fiera anda suelta

Toda esta explosión anotadora de Kobe Bryant parece venir motivada por una serie de sanciones que no le han sentado nada bien al propio escolta, ni a su entrenador Phil Jackson ni a la franquicia.

El detonante pareció llegar cuando en una jugada ante los Sixers de Philadelphia, Kobe Bryant realizó una falta a Kyle Korver. La falta no fue pitada en el partido pero la NBA, tras observar las cintas del partido, decidió sancionar a Bryant con un partido de suspensión. Era la tercera sanción en seis semanas. Jackson habló de «una caza de brujas».

Además de las sanciones y de la posible persecución que Bryant pudiera sentir en sus carnes, los Lakers no conocían la victoria durante el mes de marzo. Crisis que se acrecentó con una derrota por 17 puntos ante Denver Nuggets.

En estas, Kobe estalló. Porque lo pincharon, porque lo hartaron. Y estalló anotando 65 puntos ante Portland Trail Blazers. 33 de ellos durante los últimos 17 minutos de partido. Y luego le endosó cincuenta a Minnesota. Y sesenta a Memphis. Y otros cincuenta a New Orleans.

Izkander FERNÁNDEZ

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