GARA | Québec

Los quebequeses acuden hoy a las urnas para elegir a sus representantes durante los próximos cuatro años con todo por decidir, según los sondeos, que sitúan a los tres principales partidos casi en un empate técnico.

Así, la pugna estaría entre el Partido Liberal de Québec (PLQ, centroderecha federalista) y el Parti Québécois (PQ, centroizquierda independentista), aunque seguidos muy de cerca por Action Démocratique de Québec (ADQ, populista autonomista), lo que deja las opciones para hoy abiertas.

La independencia no ha sido uno de los temas clave de la campaña electoral, donde la pugna se ha centrado más en la cuestión económica, sobre todo tras conocerse la pasada semana que el Gobierno canadiense otorgará a Québec 700 millones de dólares canadiense (unos 454 millones de euros) en virtud del nuevo presupuesto, que salió adelante gracias al apoyo del Bloc Québécois en el Parlamento de Ottawa.

De todas formas, la independencia sí que figura en el programa del PQ. De hecho, su líder, André Boisclair, ha llegado a plantear la posibilidad de un nuevo referéndum, como los celebrados en 1980 y 1995, en los que los quebequeses rechazaron, por un estrecho margen, la propuesta de separarse de Canadá.

Así, el programa electoral del PQ indica que el partido «está resuelto» a celebrar una consulta popular sobre la soberanía lo antes posible durante su mandato y, llegado el caso de que el resultado sea favorable a la independencia, hacer que la Asamblea Nacional adopte una proclamación de independencia de Québec al término de una negociación de al menos un año con el Gobierno canadiense.

Por su parte, el candidato del PLQ, Jean Charest, que actualmente ejerce la jefatura del Gobierno quebequés, ha propuesto una bajada de los impuestos, pero Boisclair le ha recordado que «el dinero no es un regalo de Stephen Harper [primer ministro canadiense] a Charest, sino que pertenece a los quebequeses».

El líder del ADQ, Mario Dumont, ha acusado a Charest de usar el presupuesto como prueba de una supuesta relación privilegiada con Ottawa.

En todo caso, lo que más parece preocupar es que, de cumplirse los pronósticos, Québec podría contar, por primera vez en su historia, con un Gobierno minoritario, como es el caso del Ejecutivo canadiense, que dirige el conservador Stephen Harper. Respecto a esta posibilidad, los líderes de los tres principales partidos quebequeses han coincidido en que gobernarán en minoría y que no intentarán unirse con el otro derrotado para bloquear al vencedor.

No a las coaliciones

Dumont ha asegurado que «nunca entrará en una coalición entre el segundo y el tercer partido», mientras que Boisclair afirmó que gobernará igual tanto si es en minoría como en mayoría. «Siento la victoria, la veo sobre el terreno, veo que cada vez tenemos más partidarios», afirmó recientemente.

Por su parte, Charest se ha mostrado más cauteloso y ha preferido no comentar los sondeos. No obstante, se ha mostrado convencido de que el PLQ «formará un Gobierno de mayoría».

Así las cosas, los tres dirigentes han aprovechado los últimos días para hacer campaña en aquellas circunscripciones en las que cuentan con más opciones de victoria. Precisamente, los últimos sondeos conocidos la pasada semana sólo hace mención a la región de Québec, donde están en juego un número importante de los 125 escaños de la Asamblea Nacional en liza.

En uno de ellos, realizado para «La Presse», se señala al PLQ como vencedor con un 40%, mientras que ADQ y PQ se disputan la segunda plaza con el 26% y el 24% respectivamente.

El segundo, realizado para el PLQ, en cambio, apunta a una victoria del ADQ con el 33,5%, seguido por el propio PLQ con el 31,5% y el PQ con el 27,2%. Pese a ello, la mayoría considera que Charest es el más apto para seguir dirigiendo la provincia, con un 38%, tres puntos por delante de Dumont.

Durante la campaña, los tres partidos quebequeses han dedicado especial atención a las cuestiones sociales, sobre todo a política familiar, educación y sanidad.