El director belga Jean Paul Walravens, «Picha», que acudió ayer al Festival Internacional de Cine de Animación de Basauri, aseguró a EFE que la controversia en Estados Unidos sería la «mejor promoción» para su filme, una coproducción entre Inglaterra, Bélgica y Francia, destinada al público adulto y que ha costado 5 millones de euros.

En su cuarto largometraje de animación, «Picha» vuelve a arremeter contra los personajes de cuento popularizados por la factoría Disney con una historia en la que Cenicienta, Blancanieves y la Bella Durmiente disputan el amor de un príncipe. Con su primera película, «Tarzoon, la honte de la jungle» (Tarzán, la vergüenza de la jungla), en la que en 1975 convirtió a Tarzán en un antihéroe, el realizador belga se vio obligado a retirar en Estados Unidos el nombre de este personaje del título original tras una fuerte controversia que acabó en los tribunales de justicia. Sin embargo, agradeció que el litigio hiciera popular su película en ese país y expresó que ojalá también su nuevo filme fuera objeto de las críticas por la forma en que cuenta una nueva historia para adultos a partir de conocidos personajes de cuento. «Me gusta reírme de Disney porque durante muchos años ha sido el símbolo de la animación infantil, sobre la que tenía un auténtico monopolio. Y me gusta desmitificar las cosas que parecen intocables», confesó.

El director belga defendió que para que las películas de dibujos para adultos sean rentables deben ser exhibidas en los cines comerciales. Afirmó que su último filme ha sido vendido ya para su proyección en el Estado francés, Bélgica, Rusia, Brasil e Inglaterra. En la actualidad tratan de llegar a acuerdos para la distribución de esta película en Alemania y Estado español e intentarán introducirla en Hong Kong, como puerta de entrada al mercado asiático, y en Estados Unidos.

Escaso público

Durante una rueda de prensa ofrecida en el marco de Anima Basauri, el director británico Phil Mulloy, del que ayer se presentaba el filme «The Christie», afirmó que realiza animación con escasos soportes tecnológicos. El director brasileño Otto Guerra, del que se proyectó «Wood and stock», su segundo largo de animación, contó que la mayor parte de sus películas no se emiten en los cines comerciales y se mostró satisfecho de hacer cine independiente. Aunque los tres directores agradecieron la celebración de este festival tanto para dar a conocer su trabajo como para ver otras producciones, lamentaron el escaso público que ha acudido a los pases. «Picha» abogó por realizar un mayor esfuerzo para difundir este evento y propuso incluso que sea recortado el número de filmes presentados.