El metro de París, concretamente, la céntrica Estación del Norte, por la que pasan varias de las líneas de cercanías que conectan la capital con la periferia, fue escenario de duros enfrentamientos con agentes de la Gendarmería que llegó a emplear gases lacrimógenos. Éstos se propagaron por los pasillos subterráneos y la estación.

Los incidentes que, se prolongaron durante ocho horas, comenzaron después de las 16.00 del lunes a raíz de la detención de un pasajero que circulaba sin billete. Se trata de un inmigrante indocumentado de origen congoleño. En su detención participaron tanto agentes de la empresa pública de transportes urbanos RATP, qiue procedieron a su arresto, como los gendarmes presentes en la estación.

Los transeúntes, entonces, protestaron por la actuación de los agentes y cerca de 200 personas se enfrentaron a los gendarmes. En total, hubo trece detenidos y nueve heridos, además de daños materiales.

Los enfrentamientos obligaron a cerrar la estación ferroviaria durante varias horas, si bien la red de larga distancia y la terminal Eurostar permanecieron abiertas al público.

Cruce de acusaciones

Lo ocurrido ha impactado de lleno en la campaña electoral y los cruces de acusaciones entre los candidatos no se han hecho esperar. Para Ségolène Royal (PS), el suceso escenifica el fracaso la política de la derecha.

«Claro que los viajeros deben pagar su billete, pero que un simple control pueda degenerar en enfrentamientos tan violentos prueba que algo no va». Sus críticas provocaron una virulenta respuesta de su oponente y ex ministro del Interior, Nicolas Sarkozy (UMP). «Si Royal quiere regularizar a todos los `sin papeles' y si la izquierda quiere estar del lado de los que no pagan su billete de tren, es su decisión, no la mía. Yo no estaré al lado de los defraudadores, los tramposos, los deshonestos. Estoy del lado de las víctimas», subrayó en una visita a la estación.

«La democracia es un mínimo de orden, de respeto, de autoridad y tranquilidad. Si la Policía no está ahí para instaurar un mínimo de orden, ¿cuál es su papel?», preguntó.

François Bayrou (UDF) incidió en el «enorme malestar» que hay entre los franceses que, según destacó, se sienten «estigmatizados y «tienen la impresión de no ser defendidos».