Fernando Pérez es un cineasta experimental que rompe con la tradición cubana más realista o ideologizada. En sus creaciones «La vida es silbar» y «Suite Habana» prefiere utilizar un lenguaje alegórico, lleno de imágenes simbólicas y mágicas. En su nuevo largometraje, «Madrigal», juega a mezclar realidad y ficción sin que el espectador tenga claro en ningún momento lo que es verdad y lo que es pura invención.

Este artificio romántico se inspira en el clásico de René Clair «Las maniobras del amor», toda vez que el protagonista también pierde trágicamente a su amada, aunque en este caso la historia de amor impedida parece surgir de la imaginación del autor, un joven actor que escribe sus propios monólogos. En el tiempo presente todo sucede bajo una apariencia real, pero cuando el relato se proyecta hacia el futuro año 2020 va tomando una forma fabuladora de cuento soñado en el corazón de Cuba.