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La UE busca ofrecer una imagen unitaria sobre la independencia de Kosovo

La UE tratará de lograr hoy en Bremen una posición común de los 27 para actuar en Kosovo con una sola voz. Estados miembro como Eslovaquia, sin embargo, ya se han manifestado en contra de la independencia kosovar. En esta línea, la Eurocámara votó ayer a favor de la «soberanía controlada". El PSOE y la mayoría de eurodiputados del PP votó en contra de esta propuesta, pese a que señala que Kosovo «no sentará ningún precedente".

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Los responsables de la diplomacia europea se reúnen hoy en Bremen (Alemania) para acabar de definir su posición oficial respecto a Kosovo, donde la UE jugará un papel determinante si la ONU aprueba la «independencia vigilada» para este territorio mayoritariamente poblado por albaneses.

Los 27 mantendrán la primera reunión en profundidad sobre la cuestión kosovar desde que el mediador de la ONU, Martti Ahtisaari, entregase su propuesta definitiva. Ahtisaari estima que una independencia bajo vigilancia internacional es «la única opción viable» para Kosovo, incluso si esta opción suscita una firme oposición por parte de Serbia.

En la convocatoria para acudir a Bremen que el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, ha enviado a sus colegas de la UE se señala que esta reunión pretende impulsar una postura unitaria de los 27 sobre este conflicto balcánico.

En esta línea, el Parlamento Europeo votó ayer un informe que recoge las propuestas de Ahtisaari y aboga por «la soberanía controlada». Todos los eurodiputados del PSOE y la mayoría -todos menos tres- del PP votaron en contra de esta resolución, pese a que recoge expresamente que Kosovo «no sentará precedente en el derecho internacional». Es decir, que el modelo de Kosovo no se podría aplicar en Euskal Herria.

Aunque la UE se ha mostrado a favor de la propuesta de Ahtisaari, algunos estados miembros han mostrado su oposición a la independencia de Kosovo. Es el caso de Eslovaquia -que paradójicamente se independizó de Checoslovaquia en 1993-, donde el Parlamento adoptó este miércoles por una amplia mayoría una declaración en la que se rechazaba una «independencia absoluta e ilimitada» para Kosovo.

Aunque formalmente Kosovo es una provincia de la República Serbia, está administrada directamente por la ONU desde 1999, cuando la OTAN bombardeó Belgrado y otras ciudades serbias con el objetivo de «proteger a los albaneses de los ataques serbios».

Tanto la UE como EEUU son favorables a que el Consejo de Seguridad de la ONU adopte una resolución antes de mayo refrendando las propuestas de Ahtisaari.

En cualquier caso, tanto Bruselas como Washington son plenamente conscientes de que Rusia, que tiene derecho a veto en el Consejo de Seguridad, se opone a la independencia de Kosovo. Moscú y Belgrado mantienen una estrecha relación diplomática desde hace muchos años.

Rusia ya ha manifestado que está dispuesta a utilizar su derecho a veto en la ONU y su ministro de Asuntos Exteriores, Serguei Lávrov, ha apostado por seguir manteniendo vivo el proceso de negociaciones sobre el futuro de Kosovo.

Así las cosas, la definición del estatus de Kosovo puede retrasarse indefinidamente si Rusia no aprueba el dictamen de Ahtisaari, ya que Belgrado y Pristina mantienen posturas completamente enfrentadas e irreconciliables y no parece que, ni a corto ni a medio plazo, pueda llegarse a un acuerdo.

De todos modos, la importancia de la UE en Kosovo se incrementará tanto si se proclama la independencia como si no se hace, ya que está previsto que partir de junio o julio, la UE asuma la jefatura de la misión internacional que sustituirá a la desplegada por la ONU desde 1999 con la ayuda de 17.000 soldados de la OTAN.

Por ello, la UE está preparando una misión policial compuesta por unos 1.500 agentes. En este sentido, Javier Solana, responsable de la diplomacia de la UE y secretario general de la OTAN en la guerra contra Serbia, señaló ayer en Bruselas que «lo más importante es que Europa tenga una política exterior y de seguridad común», especialmente en lo que se refiere al futuro de Kosovo.

«No tenemos derecho a fracasar. Nos jugamos el futuro de la estabilidad de los Balcanes», subrayó Solana.

El conflicto de Kosovo obligará también a la UE a replantearse su política hacia Serbia. Para instar a Belgrado a reconocer la independencia de Kosovo, considerado por los serbios como la cuna de su nación, Bruselas ha planteado acelerar su proceso de integración. Para ello, mantiene como condición que colabore de manera efectiva en la detención del ex jefe militar de los serbobosnios, Ratko Mladic, acusado de «genocidio» por el Tribunal de La Haya y en busca y captura desde 1995.

Esta situación colocaría a Serbia por delante de otros países balcánicos que aspiran desde hace años a integrarse en la UE, como Croacia o Bosnia.

Irán y palestina

Intentar conseguir una postura común hacia Irán y hacia Palestina son otros objetivos que los ministros de Exteriores de la UE tendrán en la reunión que mantendrán hoy en la ciudad alemana de Bremen.

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