El terremoto político catalán de esta semana lo inició el domingo por la tarde Xavier Vendrell, vicesecretario general de Coordinación Interna de ERC, cuando se comprometió a convertir Artur Mas, el líder de CiU, en president de la Generalitat si accedía a convocar un referéndum de autodeterminación.

El revuelo que se ha organizado en el ámbito mediático y político catalán no se vivía desde hacía meses, y ha llegado hasta el mismo Parlament, donde esta semana se debatía sobre el despliegue del Estatut. La dirección de ERC ha apoyado a Vendrell, pero el resto de fuerzas políticas han criticado la propuesta, y el mismo president Montilla la tildó de «dominguera y frívola».

Frente a las reacciones contrarias, Marina Llansana, portavoz nacional de ERC, ha asegurado a GARA que su partido no está rompiendo ninguna dinámica de entendimiento con las otras formaciones del gobierno catalán, pues siempre se ha manifestado como un partido independentista. En la necesaria continuidad del tripartito también han coincidido PSC e ICV, que prefieren interpretar la propuesta de Vendrell como una cuestión interna de ERC.

La idoneidad de la fecha para presentar la propuesta para Llansana es muy clara: «Esta semana se celebraba el pleno monográfico sobre el Estatut, que está pasando por un momento muy delicado, ya que el Tribunal Constitucional se está planteando la posibilidad de volverlo a recortar o tumbarlo».

Y es que Esquerra está convencida que si el Tribunal Constitucional español recorta el Estatut, provocará una verdadera crisis de Estado. Frente a ello, Llansana explica que «ERC propone una resolución que dice que si el veredicto del TC es negativo, los ciudadanos tienen derecho a volverse expresar en las urnas sabiendo que la vía estatutaria está agotada y que no ha servido de nada, sabiendo que las aspiraciones del pueblo de Catalunya no caben en la Constitución española y decidiendo si quieren apostar por una nueva vía que es la soberanista».

Cuando ERC lanzó la propuesta a CiU, Mas la asumió, lo que dejó al partido de Carod en una situación incómoda. Y es que los republicanos aseguraron que no tenían ninguna intención de cambiar el president y que eran leales a Montilla. Pero los convergentes aprovecharon bien la ocasión y retaron a ERC a presentar una moción conjunta en el pleno del Parlament de ayer.

La imposibilidad de encontrar un texto que satisficiera a las dos partes imposibilitó la aprobación de una moción que apoyara el ejercicio de la autodeterminación si el Constitucional no avala el Estatut. Así que CiU prefirió no presentar ninguna moción, mientras que ERC sí que presentaron una que pedía que Catalunya ejerza «el derecho democrático a decidir la constitución de un Estado propio en el seno de la UE» si el TC recorta el Estatut.

El resultado de ayer no fue nada favorable a los republicanos: 21 votos a favor frente a 113 en contra. La última vez que el Parlament catalán aprobó una moción a favor del derecho a la autodeterminación fue en 1998 gracias a los votos de ERC, CiU, el PI, EUiA y Els Verds.

Segun Marina Llansana, una de las intenciones de ERC al presentar la moción era emplazar al resto de fuerzas políticas a decir que harán si el TC recorta el texto estatutario. Teniendo en cuenta el resultado de ayer, los republicanos están solos en la esfera parlamentaria en su intención de superar el marco autonómico si el tribunal falla en contra del Estatut.