Fermín Muguruza se encuentra en Copenhague, donde este miércoles presentó ``Bass-Que Culture'', el documental sobre la grabación en Kingston de su disco ``Euskal Herria Jamaika Clash''. El músico ofreció en la capital danesa un recital con su sound system, que incluye al trombonista Jon Elizalde, Sorkun a los coros y DJ Laia.

Antes de volver a casa, participará en una concentración ante la cárcel del Oeste de Copenhague para pedir la excarcelación de las personas que permanecen detenidas por los disturbios ocurridos a principios de mes tras el desalojo del centro social juvenil Ungdomshuset. La actuación con esta «brigada de intervención rápida», que permite una comunicación más cercana con audiencias pequeñas, será la última antes de la gira, que arrancará el 18 de abril en París.

La elección de la capital francesa obedece a que es, con Madrid, la ciudad en la que más apoyo ha encontrado siempre, y a que «no hay independentismo sin internacionalismo», dice.

Talka Tour 2007 supondrá el regreso a la carretera de Muguruza y su nueva banda, bautizada Afro-Basque Fire Brigade, después de su accidentada gira de hace tres años, en la que las presiones de grupos de la derecha provocaron la suspensión de varias actuaciones.

«Aparte de causarte un perjuicio económico, es algo muy deprimente, por eso esta vez hemos evitado sitios donde podían intentar prohibir nuestras actuaciones», señala Fermín Muguruza, y cita como ejemplo la Comunidad de Madrid, donde afirma estar «vetado».

Fuera del Estado español, tocará en México, Cuba, Venezuela, Japón, Rusia y algunos de los principales festivales europeos de verano.

Dice no teorizar sobre lo que hace, pero reconoce que su último disco culmina el proyecto que inició hace dos décadas con Kortatu, y aunque evita pronunciarse sobre si será su última gira, el músico de Irun admite que tiene nuevas canciones para 2008 y que la música es su «medicina».