Korrika 15 prosigue poco a poco el camino que le conducirá, el domingo, a la meta de Iruñea. Entonces llegará al kilómetro 2.356. que finalizará en el corazón de la capital navarra, en la plaza del Castillo.

Mientras, la carrera ya ha completado más de 1.700 kilómetros, atravesando los territorios de Bizkaia, Gipuzkoa y Araba. A Gipuzkoa, sin embargo, volverá mañana, ya que desde Hendaia llegará a Etxalar pasando por las localidades guipuzcoanas de Hondarribia e Irun.

Recuerdo a Zinkunegi en Oion

Korrika 15 anduvo durante toda la jornada de ayer por territorio navarro. Tras dejar atrás la Rioja Alavesa, la carrera por el euskara se adentró el martes en Nafarroa por Biana.

A última hora atravesó Mendabia y Lodosa , y ya de madrugada siguió rumbo hacia la capital ribera. En dichos municipios la gente recibió entre aplausos a los corredores, pero los momentos más intensos de la jornada se vivieron en Oion, localidad donde Endika Zinkunegi ejerce de profesor. Este joven natural de Usurbil fue arrestado el mismo martes por la Policía dentro de una operación contra ETA.

El arresto tuvo lugar en medio de la celebración de la Korrika Txiki, delante de todos sus alumnos y demás compañeros de trabajo.

Por ello, a la llegada de la Korrika a Oion, los vecinos, incluidos maestros y estudiantes del centro de enseñanza del municipio, rindieron un pequeño homenaje al joven arrestado enseñando un cartel con su fotografía. Asimismo, los dos kilómetros que Korrika 15 atravesaba en la localidad, estuvieron dedicados a Zinkunegi.

En lo referente al resto de la noche, no se puede afirmar que la participación fuese muy alta, pero los corredores que toman parte en esos tramos tienen el mérito añadido de que hay muchos kilómetros entre una y otra localidad, por lo que suelen ser unos tramos una tanto solitarios.

Ello, además, viene condicionado por la pobre -aunque afortunadamente cada vez más emergente- situación que vive el euskara en la zona más al sur de Nafarroa.

En pleno centro de Cintruénigo, los corredores pudieron contarse con los dedos de las manos o que a falta de poco para llegar a Castejón, hacia las 4.00 de la mañana, hubo una única corredora, con gran ánimo, tras el testigo de Korrika 15.

Una vez llegados a la capital ribera, el alboroto, gritos y colorido que aportan a cualquier evento los más pequeños de casa inundó las calles tudelanas.

Además, tal y como ocurriera con los de Donostia, Gasteiz y Altsasu entre otros, los bomberos de los parques de Tutera y Tafalla sacaron a las puertas de sus respectivas naves sus vehículos y pusieron en funcionamiento todas las sirenas de los mismos. Dos ejemplos más -de los que se repiten en cada edición de este particular maratón por el euskara- del, en palabras de más de un organizador, «buen rollo» que existe entre los bomberos con la Korrika.

Muestras de ayuda

En todos y cada uno de los kilómetros de la Korrika se dan muestras de apoyo y cariño incondicional tanto a la carrera misma como al fin que ésta persigue, pero por lo anteriormente dicho, esas muestras quedan más al descubierto en zonas como la atravesada ayer.

La cuantitativamente menor participación en esta zona provoca, por ejemplo, que algunas personas se muestren, voluntariamente, dispuestas a ayudar de cualquier manera a la Korrika. Así, hay mucha gente, en muy buen estado de forma física normalmente, que se ofrece para tras cumplir su tramo, seguir con el testigo en el caso de que la persona o personas adjudicatarias del siguiente kilómetro no estén presentes a la llegada de la carrera.

Ayer, por ejemplo, ayer hubo alguna persona que hizo más del doble del tramo previsto.

Por otro lado, Korrika 15 también vivió un pequeño susto hacia las 11.00 de la mañana, cuando entre los integrantes de la carabana corrió la voz de que cinco kilómetros más adelante, la carretera estaba cortada. Así las cosas, los organizadores pidieron sus bicicletas a tres ciclistas que en ese momento circulaban junto a los participantes en la Korrika; dos tenían que marcharse, pero el tercero se quedó de muy buen grado para ayudar en todo lo que pudiese. Finalmente, todo se quedó en un pequeño susto consistente en el corte de un carril por obras, pero los miembros de la comitiva agradecieron e incluso aplaudieron, una vez más, esa muestra de apoyo recibida por parte de los participantes.

Seguidamente, Korrika 15 pasó Arguedas y Valtierra, y en esta última localidad, la más larga de Nafarroa, la nota de color la pusieron un grupo de jubilados de la parte vieja de Iruñea que se describieron a sí mismos como «jubilados de izquierdas y abertzales». Entre todos -unos cuarenta en total- compraron un kilómetro que llenaron de gritos de «Euskal Herrian Euskaraz!» y «jubilatuak ere euskararen alde!».

Además, aseguraron tener el plan perfecto, puesto que una vez estando a las puertas de las Bardenas, añadieron que, tras correr su kilómetro, iban a visitar las Bardenas y celebrar una suculenta comida.

Seguidamente, los corredores pusieron rumbo hacia el noreste de Nafarroa cruzando Caparroso, Pitillas, Erriberri, Tafalla, Eslaba, Zangotza e Irunberri entre otros. La participación más alta se produjo, sin dudas en Tafalla. Fueron cientos los vecinos de la ciudad del Zidakos los que participaron en la carrera a su paso por las calles de la parte vieja tafallica.

Una vez pasado Tafalla, la carabana de Korrika 15 se dirigió hacia Zangotza, para posteriormente, seguir su andadura rumbo al norte de Nafarroa por Ledea e Irunberri.

Ya mañana llegará la hora de adentrarse en los bellos valles pirenaicos de Aezkoa, Zaraitzu y Erronkari.

Acto seguido, y tras pasar al valle de Baztan, Korrika 15 entrará por primera en Ipar Euskal Herria a través del conocido puerto de Izpegi, en su camino hacia Iruñea.