El viernes fue admitida a trámite en el Parlamento de Gasteiz la propuesta para la modificación de la ley española del deporte de 1990. Nos ceñiremos al contenido de la propuesta y, de paso, trataremos de centrar el debate en unos parámetros que contribuyan a buscar soluciones reales en el camino de la obtención de la ofi- cialidad de las selecciones de Euskal Herria.

La iniciativa nace muerta desde su origen, sin visos de prosperar. Para ser aprobada, debería ser refrendada en las Cortes españolas. Ya en el 2004 se presentó esta misma iniciativa, siendo contundentemente rechazada. Tratándose de la misma legislatura no hay motivo racional que nos lleve a concluir que esta vez PP o PSOE vayan a apoyarla. Siendo esto así, ¿por qué el tripartito formado por el PNV, EA y EB con la ayuda de Aralar impulsan una iniciativa de este tipo? Mucho nos tememos que la intención de algunos sea escenificar antes de elecciones ser los abanderados de la defensa de la oficialidad de las selecciones, y luego, tras la segura derrota, tratar de hacernos creer que no se puede hacer nada, que el problema es la Ley española del deporte. En definitiva, eludir las responsabilidades de quienes pudiendo hacer más y mejor las cosas desde casa y con otro tipo de iniciativas que tienen más sentido para que Euskal Herria compita oficialmente, miran hacia otro lado ( Madrid ) con el objetivo de que todo siga como está. Es notorio el ansia mayoritario de la sociedad vasca por la obtención de la oficialidad de las selecciones. Muchos han sido los intentos de avance, y más los gol- pes recibidos. En este sentido, iniciativas como ésta sólo contribuirán a generar mayor frustración y desesperanza entre quienes sueñan con la oficialidad.

Pero incluso desde un análisis jurídico, la iniciativa sigue sin tener sentido. No es la ley española 10/1990 el obstáculo a la oficialidad. Buena prueba de ello es que federaciones de Surf, Sambo o Wushu Kung Fu han competido oficialmente mientras esa ley ha estado en vigor -por cierto, algún día deberá explicar el Gobierno Vasco por qué boicotea la única federación que hoy día compite representando a Euskal Herria a nivel internacional-. Y ello ha sido así porque la ley no representa ningún obstáculo, muy a pesar de quienes para eludir sus responsabilidades traten de escudarse en ella. Las federaciones deportivas internacionales pertenecen al ámbito del derecho privado. Son instituciones privadas que se rigen por la normativa propia y como fuente auxiliar de derecho por la normativa vigente en el Estado en el que están inscritas, la mayoría de ellas en Suiza. Y si por la razón que fuere acordaran incluir a Euskal Herria en su respectiva federación internacional, la ley española no pintaría nada, porque pertenece al ámbito de una asociación privada que, en virtud de la libertad de asociación que le asiste, ha decidido asociarse en una federación internacional.

Pero no por ello carecemos de obstáculos legales. Las leyes del deporte de la CAV y CFN, debido a su carácter intervencionista, presentan obstáculos, al menos en relación a impedir la creación de entidades federativas nacionales. Un ejemplo claro se dio cuando, argumentando que la ley del deporte de la CAV lo impedía, se le impidió a la federación de Euskadi de Pelota dar pasos hacia una federación de todo Euskal Herria. Esa tarea se puede emprender desde casa, y por ello hemos planteado a los grupos de la Cámara de Gasteiz la apertura de una ponencia sobre la ley del deporte de la CAV, para tratar de modificar los artículos que impiden que vascos de todos los herrialdes que lo quieran se integren y constituyan federaciones deportivas de Euskal Herria y para el fomento de un plan estratégico con el objetivo de trazar estrategias para la obtención de la oficialidad. Hemos condicionado nuestro apoyo a la iniciativa del tripartito y Aralar a la apertura de dicha ponencia. Tanto EHAK, como Aralar, EB y EA han visto con buenos ojos la apertura de la ponencia. Tampoco el PSE se opone en principio a esa fórmula.

El camino hacia la oficialidad será de largo recorrido, pero es factible. Hay que comenzar desde casa, desde los elementos que, estando en nuestras manos, contribuyan en la dirección correcta. Privaticemos las federaciones, para que tengan la libertad de desligarse de los marcos políticos y conformar así federaciones deportivas a nivel de Euskal Herria, como AEK o la Confederación de Ikastolas. Es evidente que la cuestión de la oficialidad es política, pero no de los políticos. Los políticos deberán contribuir y fomentar la creación de planes estratégicos para estudiar la integración en las federaciones deportivas internacionales, pero los sujetos protagonistas deben ser las federaciones y el movimiento asociativo que trabaja por la oficialidad. Porque sólo ése puede ser el camino. Porque lo vamos a conseguir.