Reunidos durante dos días en la ciudad alemana de Bremen, los ministros de Exteriores de los Veintisiete saludaron las últimas iniciativas del Gobierno saudí para detener los enfrentamientos interpalestinos y forzar que Israel se vuelva a sentar en una mesa de negociaciones aunque decidieron que es «pronto» para levantar el boicot que mantiene Occidente contra la población palestina por haber optado por votar a Hamas, organización de resistencia islamista a la que insisten en considerar «terrorista» mientras no se arrodille ante el Gobierno de Tel Aviv.

Los Veintisiete acordaron bendecir los contactos con los miembros independientes del nuevo Gobierno de la ANP liderado por Hamas. Mañaña mismo se espera en París la primera visita a Occidente del ministro de Exteriores, Ziad Abu Amr.

No fue la única decisión salomónica adoptada en la cumbre diplomática de Bremen. A última hora del viernes, los jefes de las diplomacias de los miembros de la UE eran incapaces de consensuar una posición común en torno al futuro estatus de Kosovo a sólo dos días de que la cuestión llegue al Consejo de Seguridad de la ONU.

Eslovaquia, Rumanía, Grecia, Chipre y el Estado español lideraron la posición contraria a reconocer la independencia del territorio kosovar.

El secretario de Estado de Exteriores español, Alberto Navarro, denunció que el plan del mediador de la ONU, Martti Ahtisaari, propugna una «independencia sin base jurídica» y mostró la preocupación española de que «el mapa de Europa pueda cambiar cada año».

Esta falta de acuerdo no impidió progresos en torno a la misión internacional de supervisión que la UE desempeñará en Kosovo cuando la propuesta de Ahtisaari sea aprobada.

Escudo antimisiles

En la última muestra del verdadero alcance de la autonomía política de la Unión, sus ministros decidieron dejar en manos de la OTAN la cuestión del sistema de misiles que EEUU quiere implantar en suelo de dos miembros de la Unión, Polónia y República Checa.