INSURGENTE Iñaki Errazkin y Jesús Prietol 2007/3/30. Estado español.
Yagüe y Zapatero: un general asesino y un presidente cobarde
Juan Yagüe Blanco fue un asesino entorchado, un uniformado canalla sin escrúpulos, un criminal de guerra que destrozó dolosamente las vidas y las haciendas de miles de personas inocentes, tanto entre la indefensa población del norte de Marruecos como entre sus compatriotas «españoles».
Curtido en las sanguinarias campañas militares del Rif, colaboró con Franco en la represión de la llamada revolución de octubre de 1934 en Asturias y, dos años después, pasaría definitivamente a la historia de la infamia como uno de los principales integrantes de la sublevación de 1936 (...).
(...) Si hubiera practicado la vieja tradición mercenaria de grabar una marca en el cinturón por cada muerto matado, sólo durante la llamada Guerra Civil su correaje se habría desgastado por las muescas, tal fue la carnicería cometida bajo sus órdenes entre 1936 y 1939. (...) siendo la masacre de Badajoz la más conocida de sus hazañas bélicas(...)
55 años después, la hija del asesino aprovecha las nuevas tecnologías para hacer apología del terrorismo franquista revisando la historia, al mejor estilo de Pío Moa. El excipiente legal es una fundación fascista, creada en 2006 con el objetivo de maquillar la infecta memoria de su progenitor. (...)
Y suponemos que a estas alturas se preguntarán ustedes qué pinta el presidente Zapatero en el título que encabeza este articulito. Pero tiene que ver, y mucho. Porque no es de recibo que quien, como hemos dicho, permite el nacimiento sacramentado de instituciones privadas delictivas como la que nos ocupa -o como la Fundación Francisco Franco-, tenga tantos prejuicios a la hora de dar el visto bueno a un partido que representa, al menos, a doscientas mil personas empeñadas en vivir en paz.
¿Con qué legitimidad se exige a la izquierda abertzale que «condene expresamente» la violencia de una de las partes, mientras los descendientes de los mayores criminales que han conocido las Españas campan por sus respetos imponiéndonos la miserable biografía de sus ancestros como si de una hagiografía se tratase?
Cobardía se llama la figura.