La Real consiguió de manera agónica la victoria de la esperanza que le permite estar, por lo menos hasta la siete de la tarde, a la mitad de la diferencia con respecto a la permanencia de lo que estaba hace tres jornadas y tener unas mínimas aspiraciones a evitar la desgracia que ya toda Gipuzkoa asumía.

Unas esperanzas que se pueden basar, más que en el mal juego y peor imagen que ofreció ayer el equipo, en el cambio de racha de los resultados y de los factores que no dependen de uno. La Real jugó ayer uno de sus peores partidos y, sin embargo, ganó. Hace dos meses el partido de ayer se habría perdido, Rivas habría sido el expulsado por su codazo a Tomassi y no Riga, por no se sabe bien por qué. Se habría señalado algún penalti sobre el italiano, la mano de Salva en el gol anulado habría quedado sin sanción y el remate claro de Kapo en un grave error defensivo habría sido aprovechado. Pero ayer sucedió todo lo contrario. Daba placer escuchar a un técnico rival pedir respeto a los árbitros. Y es que la racha ha cambiado.

La Real estuvo mal, sobre todo en el segundo tiempo, pareció jugar en inferioridad numérica ante un rival que fue superior con uno menos, pero todo le acompañó para lograr tres puntos que eran fundamentales.

A balón parado

Si en otros partidos han sido las jugadas de estrategia las que han derrotado a la Real, ayer una falta magistralmente botada por Savio y rematada por Ansotegi hizo menos malo un planteamiento de Lotina muy discutible para jugar en casa con la ausencia del mejor lateral, del mejor central y de un medio centro con buen manejo de balón. El Levante confirmó que no venía a Anoeta a defender el punto que le bastaba, buscó el balón siempre, estuvo más en el medio del campo de la Real que en el propio, pero en el primer tiempo no tradujo su mayor dominio en más opciones que las dos que no supo aprovechar Tomassi.

La Real, sin combinar y sin jugar bien a fútbol, tuvo oportunidades mejores para batir a Molina en los primeros 45 minutos. Al margen del gol de Ansotegi, se pudieron contabilizar dos buenas opciones de Díaz de Zerio y un remate lejano de Savio que detuvo el portero levantino en dos tiempos. Ocasiones aisladas en un primer tiempo muy espeso con un juego de poca calidad y en el que pasó desapercibido un codazo de Rivas a Tomassi que pudo dejar a la Real con diez desde el minuto 35.

Por contra, fue el Levante el que se quedó con diez en unos primeros compases del segundo tiempo en los que el Levante inquietó con dos caídas de Salva y Tomassi dentro del área y un remate a placer de Kapo en una situación inmejorable a las manos de Claudio Bravo. Como en Villarreal, la expulsión de un rival pareció perjudicar más que favorecer. Los levantinos tuvieron varias llegadas peligrosas y mayor control del balón y del partido ante una Real a la que le volvía a pesar demasiado la presión de defender un resultado.

El Levante, mejor con diez

El Levante dominó con diez más de lo que lo hizo antes de la expulsión a un once atemorizado que jugaba demasiado cerca de su portería y que permitía al rival dominar y llegar con claridad. El partido estaba para marcar un segundo gol que permi- igualara el average y en todo el segundo tiempo los blanquiazules sólo fueron capaces de llegar en una ocasión con peligro, que malogró Germán Herrera.

Aparte de esa acción, los blanquiazules no inquietaron mucho, no tuvieron nunca el balón y estuvo siempre mucho más cerca el empate que el 2-0. Además Lotina dijo que no pudo meter a un jugador para tener más control del balón en el centro del campo por los cambios obligados de los laterales. Esa falta de balón y esa posición retrasada del equipo hizo que Anoeta sufriera lo indecible para festejar el segundo triunfo consecutivo y para creer que es posible. Para ello será necesario que mejore el juego y la capacidad de jugar bajo presión y que continúe la racha positiva en la que vive la Real y la negativa de los tres equipos que pueden estar a su alcance para que la permanencia se abarate. Porque es muy difícil que los blanquiazules, pese a la mejoría, puedan llegar a los 39 puntos que otras temporadas eran necesarios.