acto de la izquierda abertzale en el BEC
La izquierda abertzale llena el BEC en defensa del proceso
Arnaldo Otegi advirtió ayer de que el concurso de la izquierda abertzale en los comicios municipales y forales que se celebrarán el próximo 27 de mayo es imprescindible para que Euskal Herria encare el inicio de un proceso democrático. En un Bizkaia Arena con las gradas repletas pese a las trabas impuestas por la Audiencia Nacional española, el político de Elgoibar insistió en que «no hablamos de elecciones o siglas, sino del final del conflicto".
Agustín GOIKOETXEA | BARAKALDO
La izquierda abertzale logró ayer llenar el recinto del Bizkaia Arena a pesar de las trabas impuestas hasta última hora por la Audiencia Nacional española. Media hora antes del inicio del acto político, previsto para las 17.30, las puertas del BEC permanecían cerradas a cal y canto a la espera de la orden del Juzgado Central número 5 que dirige Baltasar Garzón. La resolución llegó y una marea de ciudadanos llenó las gradas del auditorio del Bilbao Exhibition Centre.
Desde el atril, Arnaldo Otegi advirtió de que su participación en la cita del 27 de mayo es vital para llevar adelante un proceso democrático «en la dirección que quiere este país». Además, aclaró a los más pesimistas que «la izquierda abertzale estará en las próximas elecciones tal y como es, sin subterfugios y sin disfraces».
El mahaikide fue claro y meridiano ante un auditorio entregado al afirmar que su exclusión, como viene sucediendo desde 2003, impediría encarar la resolución del conflicto político que enfrenta a Euskal Herria y al Estado español. «No hablamos de elecciones o siglas, sino del final del conflicto», remarcó, añadiendo que el rechazo a su participación sería como «decir no a la posibilidad real de construir un proceso democrático en este país durante los próximos meses y años».
El político de Elgoibar, que incidió en varias ocasiones en el derecho que les asiste a presentarse, exigió para la izquierda abertzale «condiciones de igualdad y las mismas oportunidades que cualquiera para estar en el proceso electoral». El portavoz de Batasuna subrayó que «si alguien quiere construir un proceso democrático en este país tiene que construirlo necesariamente con un interlocutor como es la izquierda abertzale».
Explicó que desean enfrentarse a la próxima cita con las urnas «no sólo porque es un derecho democrático y porque queremos un modelo alternativo al de PNV y UPN», sino porque la izquierda abertzale desea «participar en el trabajo institucional para que el proceso democrático sea posible».
Comparó los avatares actuales que sufren las organizaciones de la izquierda abertzale con lo acontecido 30 años atrás con el Partido Comunista de España, cuando fue legalizado por el Gobierno español presidido por Adolfo Suárez. «Decían que lo hacían para que el sistema que querían imponer fuese realmente democrático», explicó, antes de declarar rotundamente que la transición de 1977 en Euskal Herria y en el Estado español sufre una «profunda» crisis estructural.
«Mucho miedo»
«Las ideas, la fuerza popular, no se puede destruir mediante represión, o mediante ilegalizaciones. Hay que darles cabida a menos que alguien le tenga mucho miedo a ciertas ideas», argumentó Arnaldo Otegi, quien mencionó las reacciones que se producen cada vez que realizan una propuesta política.
El líder independentista manifestó que «cada vez que la izquierda abertzale da un paso por su pueblo y por su país», se recrea «un escenario de guerra de nervios» que deriva en la represión contra la propia izquierda abertzale y sus dirigentes. A la vista de la experiencia acumulada, el análisis de Otegi es que estos ataques se deben a que «o bien en este país hay mucho imitador de Ian Paisley, o bien muchos sectores políticos -en clara referencia, por ejemplo a PNV y PSE-, le tienen verdadero pánico a un escenario democrático».
Con la experiencia irlandesa fresca, advirtió a esos agentes, como le ha ocurrido al líder del DUP, «que se ha tenido que sentar con el Sinn Fein para hacer un gobierno porque es lo que ha querido el pueblo irlandés, aquí, al final, todos los que ponen obstáculos tendrán que sentarse con la izquierda abertzale».
La actitud del PNV ante las iniciativas independentistas fue ampliamente resaltada por el mahaikide. De su presidente, Josu Jon Imaz, dijo que «está nervioso», al estimar que si la izquierda abertzale pueda concurrir a las urnas «va a sacar un resultado muy importante, le va a hacer un marcaje al PNV en las instituciones y va a demostrar que la apuesta que hizo el PNV hace treinta años era en interés del partido y no del país».
Antes de Otegi, Pernando Barrena también se había referido a la actitud de jeltzales y PSOE. «Frente al intento de la izquierda abertzale de cauzar el proceso», ambas formaciones que han venido compartiendo alianzas «han abanderado una posición política totalmente irresponsable, han dilatado en el tiempo el ejercicio del diálogo político y han preferido priorizar sus intereses de partido al interés general, que es la paz y el proceso de resolución».
«El PSOE sabe que este pueblo ha ganado esta batalla y, por eso, no quieren poner en marcha la mesa de partidos», subrayó, añadiendo que esta formación «tiene miedo al diálogo sin trampas, porque este país lo que le dice es que quiere decidir y que se acabó que los de allí quieran decidir por los de aquí, eso ya no cuela para los vascos».
El político navarro aseguró que en el último año el partido que lidera José Luis Rodríguez Zapatero se ha dedicado a «torpedear sin piedad cualquier atisbo de proceso desde la Audiencia Nacional, desde la Fiscalía e, incluso, desde el mantenimiento de la política penitenciaria del PP».
Batalla de las ideas
Al PSOE le emplazó a «sentarse y entablar la batalla de las ideas», partiendo de la premisa de la izquierda abertzale «tiene muy claro que no va a haber nada por debajo de la territorialidad y la autodeterminación». A este partido y al PNV les acusó de «no haber permitido la puesta en marcha de la mesa de partidos».
No perdió tampoco la ocasión para recordar la propuesta efectuada por la izquierda abertzale en el Anaitasuna, de la que dijo que es «sensata, democrática y factible». Este documento, a su juicio, es «incómodo» para PNV y PSOE «porque saben perfectamente que la iniciativa de la izquierda abertzale es sensata y totalmente democrática, es una buena base de acuerdo y, además, es factible y resuelve el conflicto político».
Al Gobierno español le acusó de haber pasado meses «y meses buscando un sucedaneo del proceso, que sólo abordara cuestiones meramente técnicas, como el desarme, y ha evitado, por activa y pasiva, agarrar la cuestión por los cuernos y abrir el melón del diálogo y la negociación política, para la búsqueda del acuerdo sobre nuevas reglas de juego que sea la base de las soluciones en clave democrática que necesita este país».
Tras incidir en que la lucha del independentismo vasco de las últimas tres décadas ha sido la que ha puesto en jaque a la Reforma Política de 1977 y generado su crisis actual, Pernando Barrena valoró que «la ultraderecha sabe que está en juego en modelo de transición y el PSOE debe atreverse a romper amarras con el fascismo y la ultraderecha, y para eso sí contará con la izquierda abertzale».
«La ultraderecha del PP despliega toda esa ofensiva antidemocrática porque sabe que, en estos momentos, lo que de verdad está en juego es el modelo de transición del 77, que nos hace españoles sin serlo, por la fuerza y por la amenaza del artículo octavo», aseveró Barrena.
Quien también defendió la participación de la izquierda abertzale en los comicios de mayo en Hego Euskal Herria fue Jone Goirizelaia, afirmando que «hace falta una alternativa independentista, pero también de izquierdas, para lograr una gestión política distinta en la fiscalidad, con los salarios sociales o con el euskara, y para hacer frente a los gobiernos de la derecha, sean de UPN o del PNV» para terminar con la actual política «gris».
Del partido que lidera Imaz, la mahaikide dijo que «quiere hacer abertzalismo a pide de obra, pero lo que practica es el regionalismo, los contratos para su bolsillos y sólo el negocio».
Hasta las 17.00 no se pudo acceder al BEC, una vez que la Audiencia Nacional española autorizó definitivamente el acto.
«Por responsabilidad política, les decimos: no solamente tenemos derecho a estar, tenemos que estar, vamos a estar, la izquierda abertzale va a estar tal y como es, sin disimulos», subrayó Otegi para manifestar su voluntad de acudir a la eleccciones.
«El Partido del Negocio Vasco ¯así definió Otegi a la formación que lidera Josu Jon Imaz¯ prefiere que no haya una solución para que siga el negocio», en clara referencia a los continuos ataques jeltzales a las sucesivas iniciativas de la izquierda abertzale».
Otegi dijo que los miembros de la izquierda abertzale viajan en avión privado «porque les ha trincado la Guardia Civil» mientras que Imaz lo hace cuando «va con el presidente de Iberdrola a Escocia a decir que Iberdrola es una empresa muy vasca».
La izquierda abertzale volvió a demostrar que domina como pocas fuerzas políticas la organización de sus actos públicos, tanto para mantener un espectáculo dinámico como para llegar a emocionar a su base social. Ayer no se exhibió ninguna sigla más que la del BEC -situada en lo más alto del pabellón- pero tampoco hizo falta. La estrella roja con otra estrella blanca en su interior florecía allí donde se pusiera la mirada. A pesar del juego de prohibiciones y de que la Audiencia Nacional prolongó el suspense sobre la legalidad del acto hasta el último minuto, el aforo se llenó, quedando únicamente vacíos los asientos situados en los laterales del escenario.
A las seis y veinte de la tarde comenzó a sonar una txalaparta en el escenario y a las ocho y media el canto del «Eusko Gudariak» ponía fin al acto. Tras el baile del saludo a la bandera, los presentadores dieron la bienvenida a los asistentes a «la nueva Euskal Herria» y denunciaron que se pretende que éste «sea un pueblo mudo». Al son de la percusión, cientos de personas ataviadas con camisetas rojas, verdes, amarillas, azules y violetas surgieron de las cuatro esquinas del pabellón portando banderas con las estrellas roja y blanca, mientras en las gradas se ondeaban ikurriñas y banderas de Nafarroa.
Un vídeo recogió diversos momentos y protagonistas de la lucha del independentismo de izquierda. Arrancando con el Proceso de Burgos -representado en el escenario por Arantxa Arruti, una de las condenadas- se escucharon los testimonios en directo o grabados de referentes como José Luis Elkoro, Itziar Aizpurua, Santi Brouard, Floren Aoiz, Xabier Alegria, Eugenio Etxebeste, Tasio Erkizia, Periko Solabarria y otras personas que hoy se mantienen al frente de la izquierda abertzale. Su paso por la pantalla y por el micrófono trataba de poner cara y ojos a lo que los presentadores habían dicho con antelación: «Venimos a recoger los frutos de la lucha, vamos a conquistar la independencia y el socialismo».
Sin lugar a dudas, el momento más emotivo del acto fue cuando se habló de la constelación de estrellas que resplandecen en el cielo de Euskal Herria y a lo alto y ancho de las gradas, mientras sonaba una canción de Mikel Laboa, fueron encendiéndose mecheros con los que se iluminaban las fotografías de los más de seiscientos presos políticos vascos encarcelados en prisiones de los estados español y francés. Cuando la canción varió a ritmo de rock, las personas que portaban los carteles fueron descendiendo hacia el escenario, mientras los miles de asistentes gritaban «Presoak kalera, amnistia osoa». Con todos ellos agolpados sobre el tablado, una pareja de dantzaris les dedicó un aurresku de honor.
Mientras el escenario volvía a quedar vacío, en la pantalla se proyectaron los rostros de Bush, Aznar, Sanz, Del Burgo, Ardanza o Atutxa, que se iban tachando en rojo. El tachón que mayores aplausos levantó fue el de Imaz. Luego, las imágenes comenzaron a mostrar ikurriñas y trabajadores en lucha, mientras sonaba «La Internacional», cantada en euskara por los presentes. Y con el «Eusko Gudariak» se cerró el acto.
La mahaikide Jone Goirizelaia dijo que la izquierda abertzale es una «alternativa real» de cara a los comicios del 27 de mayo que pretende hacer frente a las políticas antisociales de «los gobiernos de la derecha, se apelliden PNV o UPN».