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proyecto de ciclo combinado en la costa de bizkaia

Talaia antepone el refrendo popular a cualquier interés sobre Lemoiz

Talaia, plataforma vecinal creada recientemente en Lemoiz, ha pedido un debate público sobre el futuro de las instalaciones en las que Iberdrola pretendió poner en funcionamiento una central nuclear, a partir de la década de los 70, toda vez que observa una reacción «que pudiera ser de revancha", tras el reciente anuncio del presidente de la compañía eléctrica, Ignacio Sánchez Galán, de que pujarán para construir una central de ciclo combinado en este entorno.

Kepa PETRALANDA | LEMOIZ

Iberdrola ejercerá su «derecho» de adquisición de las instalaciones de la cala de Basorda para reconvertirlas en una central de ciclo combinado para la producción de energía eléctrica. Así lo ha confirmado recientemente el actual presidente de la compañía eléctrica, Ignacio Sánchez Galán, quien comentó que el lugar es «idóneo» para una central de estas características.

Las intenciones desveladas por el máximo mandatario de Iberdrola se producen poco después de que el Ministerio español de Industria anunciara su decisión de subastar las instalaciones, 27 años después de que la movilización popular forzara la moratoria nuclear. Las bases de la subasta podrían hacerse públicas en mayo e Iberdrola tendría prioridad en base a que mantiene la titularidad de los terrenos, toda vez que fue la promotora de la central nuclear que aquí se intentó construir.

Discrepa totalmente de este criterio la plataforma Talaia, que no duda en calificar de «revancha» el interés anunciado por Iberdrola para aprovechar en esta coyuntura las instalaciones, «apoyada con el beneplácito del verdadero culpable de la materizalización de este proyecto», que, según Talaia, no es otro que el PNV, partido político que, por otra parte, defendió a capa y espada el proyecto de central nuclear en Basorda hace ahora tres décadas.

Talaia, una plataforma ciudadana de reciente creación que agrupa a vecinos de Lemoiz procedentes del grupo proteccionista Txipio Bai, independientes y la izquierda abertzale, considera que en este momento el asunto más preocupante para el municipio es, precisamente, «la decisión de ubicar en Basorda una central térmica en las instalaciones de la central nuclear», ante lo cual se plantean como objetivo «informar y abrir un debate, lo más amplio posible, en torno a esta decisión».

En su declaración de intenciones, cuando se presentó hace escasamente un mes, Talaia definió su campo de trabajo en torno al «urbanismo desarrollista que conlleva la desaparición del paisaje», junto a la defensa de la tierra y la reserva del suelo; el apoyo a la agricultura y la ganadería; y la reivindicación del derecho de la ciudadanía a la vivienda», además de la iniciativa contra «la amenaza de la instalación de una central térmica en los terrenos de la inacabada central nuclear».

En ese contexto, cuestionan radicalmente la prioridad de Iberdrola a hacerse ahora con la citada instalación, para acometer una instalación de producción de energía a base de un combustible fósil como el gas. La única condición que, al paracer, se impondría a Iberdrola en la adjudicación de la subasta sería que la empresa eléctrica igualara las condiciones económicas de quien, eventualmente, ofertara la mayor cantidad.

«Pagado con creces»

«Entendemos que tras la moratoria nuclear que se iniciara hace veinticinco años, Euskal Herria y Lemoiz han pagado con creces, a nivel económico, las instalaciones de Basorda a Iberduero-Iberdrola, en base al incremento por canon en el recibo del consumo eléctrico, así como en la millonaria venta de bienes de equipo y maquinaria de dichas instalaciones. Iberdrola ha recuperado en su totalidad sus inversiones, tanto en suelo como en obras e instalaciones, incluidas las redes de transporte eléctrico y los edificios auxiliares», han manifestado a GARA los integrantes de Talaia.

A partir de este planteamiento, Talaia considera, además, que en Euskal Herria se da en la actualidad «un excedente de energía: con las centrales actualmente en funcionamiento, no existe justificación, ni argumento de demanda energética para iniciar la construcción de una nueva central térmica».

Por otra parte, considera que Basorda-Lemoiz «es un referente de movilización popular contra las energías contaminantes; lo fue con las centrales nucleares en un momento en que éstas no habían sido denostadas por su peligrosidad y debe serlo ahora, cuando es de sobra conocido que la producción de energías de manera contaminante, como en el caso de las centrales térmicas, está acarreando graves consecuencias, no sólo a nivel local, sino también global».

Propuesta de debate público

A partir de este planteamiento, los vecinos de Lemoiz agrupados en Talaia reiteran su propuesta de debate público en torno a «la utilidad y el uso de las instalaciones, la propiedad de las mismas, de su entorno y terrenos anexos».

Esta plataforma aporta algunas de las ideas recogidas en su propio seno, como pueden ser el desmantelamiento y la demolición total de las instalaciones o, incluso, un parque mixto de energías limpias y renovables, que concreta en una instalación mareomotriz o en otra de energía solar y/o eólica, pasando por otros posibles usos, como pueden ser piscifactorias o un parque temático».

El único proyecto que, según el punto de vista de la plataforma Talaia, no cabría en el entorno de la cala de Basorda, es el de una central de ciclo combinado. A juicio de la plataforma vecinal, en cualquier caso, «el futuro de las instalaciones» donde se intentó construir una nuclear, «se debe decidir mediante refrendo popular y lo deben decidir sus habitantes, mediante mecanismo de participación y decisión».

«necesaria, vital"

En 1981, Javier García Egocheaga, que fuera consejero de Industria del Ejecutivo de Lakua, manifestó que la central era «necesaria, vital, aunque no nos guste, porque no hay alternativa energética posible para el País Vasco a medio plazo».

EN CIFRAS

1972

Aquel año comenzaron, sin licencia, las obras en la cala de Basorda, un entorno de gran riqueza ecológica.

900

Megawatios de potencia eléctrica de agua en ebullicion se atribuyó a cada uno de los dos reactores previstos, inicialmente, en la central nuclear de Lemoiz.

150.000

Firmas de ciudadanos entregadas en la Diputación de Bizkaia en el año 1976 en contra del proyecto.

50.000

Manifestantes participaron en la primera marcha contra la central celebrada, también, en 1976.

1982

Fue el año en el que se decretó la paralización provisional de las obras en la central nuclear.

1985

Manifestación de protesta por la subida del recibo eléctrico en un 8%, entre el Arenal y las oficinas de Iberduero en Gardoki, bajo el lema «Iberduero lapurra». Los manifestantes portaron velas y antorchas.

1986

Ese año Iberduero obtuvo más de 23.000 millones de pesetas de beneficio. Así lo anunció al año siguiente Gómez de Pablos, presidente de la eléctrica.

«un plan inviable"

Juan Manuel Eguiagaray, dirigente del PSE, manifestó, también en 1981, que habían confirmado «ilegalidades enormemente importantes» en una instalación «no imprescindible» y añadió que un plan de emergencia sería «inviable» en Lemoiz.

pro otan y pro nuclear

En una entrevista publicada en ``El País'' en enero de 1985, el lehendakari José Antonio Ardanza se mostró partidario de la entrada en la OTAN y favorable a la aplicación de la energía nuclear, aunque exigió «seguridad» en el caso concreto de Lemoiz.

Las excavadoras entraron en la cala de Basorda en 1972

1972 fue el año en el que Iberduero inició, sin licencia, las obras en la cala de Basorda para construir una central nuclear, con dos reactores de 900 mw. El requerido estudio no lo presentaría hasta 1976. Pese a ello, las obras continuaron y la Dirección General de Energía concedió a la empresa eléctrica la autorización para la citada instalación. Al año siguiente se anunciaron proyectos similares en Ogella, Itziar y Arguedas.

La movilización popular contra la central se inició de inmediato y en 1976 se consolidaría la Comisión de Defensa de una Costa Vasca No Nuclear. Ese mismo año fueron entregadas en la Diputación de Bizkaia 150.000 firmas contra el proyecto, toda vez que 50.000 personas tomaron parte en la primera marcha contra la central; pese al amplio rechazo popular, al año siguiente la Diputación de Bizkaia aprobaría la modificación del Plan General Comarcal, declarando el entorno de Basorda zona industrial.

A partir de 1978, una vez de que los intereses de Iberduero se convirtieran en objetivo de ETA, la eléctrica lanzó el mensaje de que sin la central nuclear de Lemoiz «Euskadi se empobrecería», mensaje muy similar al que comenzaron a adoptar los dirigentes del PNV, partido cuyas bases habían estado en contra del proyecto. Ese mismo año murió el militante de ETA David Álvarez por disparos de la Guardia Civil y dos meses después morirían los trabajadores de la central Andrés Guerra y Alberto Negro, por efecto de un artefacto colocado por ETA.

En un debate público celebrado en la capital vizcaina en 1979, el PNV mantuvo no estar «ni a favor ni en contra» de la central. Aquel mismo año murió la militante ecologista Gladys del Estal en una manifestación en Tutera, por un disparo de la Guardia Civil, así como otro trabajador de la central, Angel Baños. También tuvo lugar el accidente en la central de Harrisburg (EEUU). A partir de 1980 se generalizaron los actos de sabotaje contra intereses de Iberduero, el mismo año en el que el PNV maniobró definitivamente en favor de la eléctrica.

En 1981 ETA secuestró al ingeniero José María Ryan, al que mataría una semana más tarde. En 1982 tuvo lugar la paralización provisional de las obras de la central. Luego llegaría la moratoria. K.P.

«depende Del gobierno"

Dos años después de la paralización provisional de las obras, el presidente de Iberduero, Gómez de Pablos, cifró en 16.000 millones de pesetas el beneficio de la eléctrica y añadió que el futuro de la central dependía del Gobierno español.

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