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El objetivo es que tenga al menos un 50% de eficacia

Más de treinta ensayos buscan una vacuna preventiva contra el sida

La Iniciativa Internacional por una Vacuna contra el Sida ha hecho público el balance de los nuevos ensayos acometidos el año pasado en busca de la difícil profiláxis para prevenir la enfermedad. Son un total de 13, lo que totaliza ya unas 34 investigaciones distintas repartidas por los cinco continentes. Pero el logro sigue muy lejano y eso que una vacuna con «sólo" un 50% de eficacia sería ya todo un éxito.

Joseba VIVANCO | GASTEIZ

El intento por desarrollar una vacuna contra el sida se ha visto bloqueado por la capacidad, aparentemente ilimitada, que tiene el virus para eludir tanto las defensas naturales del organismo como las estimuladas por vacunas. «El diabólico mecanismo de infección del VIH ha hecho fracasar los intentos de hallar una vacuna», resumía así esa frustración el virólogo José Alcamí, una de las máximas autoridades españolas en el virus, durante una visita a Bilbo en febrero del año pasado. Justo un año después, en este febrero de 2007, la revista ``Nature'' publicaba la noticia de que una proteína de la superficie del virus, encargada de unirse a las células del sistema inmune, podría ser la diana de una vacuna destinada a neutralizar el VIH. Una esperanzadora primicia que coincidía en el tiempo con el anun- cio de que en Sudáfrica comenzaba el mayor ensayo hecho nunca en este continente para poner a prueba una posible vacuna contra el virus de la inmunodeficiencia humana.

El 18 de mayo de 1997, el entonces presidente de EEUU, Bill Clinton, proclamó la renovación de su interés y dedicación a favor de las vacunas del sida. A pesar de que todo un referente internacional en el campo de la investigación del sida como el francés Luc Montagnier, codescubridor del VIH, haya declarado recientemente que «buscar una vacuna preventiva contra el sida es tirar el dinero a la basura», la comunidad científica difiere de esa opinión y se ha empeñado en dar con ella. Pero no será nada sencillo.

«Pese a que la ministra de Sanidad norteamericana ya habló de una posible vacuna en 1984, la realidad ha demostrado que el virus del sida es un experto en la guerra de guerrillas», reconocía el director del Plan de Lucha contra el Sida en Euskadi, Daniel Zulaika. En la actualidad hay en marcha ensayos de vacunas en los cinco continentes.

Según los últimos datos de la Iniciativa Internacional por una Vacuna contra el Sida (IAVI) -con la que el Gobierno de Lakua colabora en un proyecto en la India-, el año pasado se pusieron en marcha 13 nuevas pruebas en ocho países. Es relevante que, por ejemplo, Rusia iniciara su primer test; o que otros países como Kenia, Uganda y Tanzania también comenzaran nuevas pruebas. Hoy, son ya 34 los ensayos en marcha por todo el planeta. El principal es el que se inició en 2003 en Tailandia, y único en Fase III.

Demasiados hándicaps

El problema es que lo que se busca no es sólo una vacuna, ni «la» vacuna. Además de las, hoy por hoy, insalvables cuestiones técnicas de vencer el virus -curiosamente cada año se obtiene una vacuna contra el virus de la gripe, que tiene un gen más que el del sida-, hay que tener claro que existen diferentes subclases de virus y que el que afecta a Europa o EEUU no es el mismo que el que azota a África. Una vacuna universal es complicada; la de la hepatitis B tardó hasta veinte años en llegar a serlo.

Otro hándicap son los riesgos económicos que a las farmacéuticas les cuesta asumir, ya que prefieren invertir en medicamentos contra la enfermedad que en investigaciones para una solución que de llegar no lo hará en muchos años. Un precedente es la vacuna contra la polioemilitis, que se ha eliminado ya en la mayoría de África cuarenta años después de haberlo hecho en EEUU. Hoy, la financiación en I+D de vacunas contra el sida es menos del 2% del total del gasto mundial en sida.

Es cierto que en la última Conferencia Mundial sobre el Sida celebrada en otoño pasado en Canadá la apuesta por una vacuna quedó en cierta manera relegada en los debates por las investigaciones en microbicidas vaginales por los que apuestan filántropos multimillonarios como Bill Gates, auténtico protagonista de aquel encuentro. Sin embargo, el logro de un medio preventivo frente a la expansión de la enfermedad sigue presente en la agenda de los organismos sanitarios como la OMS. «Lo que está claro es que la vacuna no va a estar ahí mañana, ni pasado mañana, sino que es una labor de años. Esto no es un esprint, sino una maratón», respondía Maite Suárez, responsable de los programas europeos de la Iniciativa Internacional por una Vacuna contra el Sida para las relaciones con las ONG del continente, en una visita a la capital bilbaina en noviembre del año pasado.

Escenarios posibles

El reto no es sencillo, pero al mismo tiempo es esperanzador. Alentador porque por primera vez los gobiernos del planeta se han puesto de acuerdo en la necesidad de una vacuna. Sin embargo, el horizonte aún se ve demasiado lejano. Es más, ni se sabe si algún día se logrará. Enfermedades como el herpes simple siguen sin arma preventiva a pesar de años de investigación. De momento, los ensayos que se hacen para el VIH se fijan como meta una vacuna con un grado de eficacia del 50% -la de la malaria de Patarroyo sólo alcanzaba el 30%-. Pero incluso con esos porcentajes, la reducción de nuevas infecciones sería aceptable.

La Iniciativa Internacional por una Vacuna contra el Sida ha analizado los estudios hechos hasta ahora sobre estimación del impacto mundial de una vacuna preventiva. Así, ha diseñado tres escenarios posibles. En el de base, en una situación sin que se lograra dar con una vacuna, se calcula que entre 2015 y 2030 se infectarían 150 millones de personas, frente a los 40 millones actuales.

En un escenario de nivel bajo, con una vacuna cuya eficacia fuera del 40%, estima que se evitarían 29 millones de infecciones. En un escenario medio, donde la administración de la vacuna tuviera una eficacia del 60%, serían 47 millones las infecciones prevenidas. Y en un escenario alto, con un 95% de eficacia, se evitarían 71 millones de contagios. Estas estimaciones contemplan que hasta 260 millones de personas podrían ser inoculadas en los primeros cinco años después de lograda la vacuna, dentro de un programa mundial de vacunación.

«Pero encontrar una vacuna contra el sida no es suficiente. Si ésta no se utiliza, no servirá para nada. Por experiencias pasadas, sabemos que las vacunas empleadas en el Norte tardan hasta 20 años en llegar a los países en desarrollo, y no podemos aceptar este retraso para el sida», advierte el activista catalán Joan Tallada, uno de los principales referentes en el Estado español entre las ONG que trabajan en el campo del sida. Desde IAVI se advierte de que los efectos positivos de una vacuna «podrían verse socavados si la gente responde adoptando comportamientos de más riesgo porque consideran que están protegidos por la vacuna».

En cualquier caso, todo apunta a que una vacuna con garantías se hará esperar, y mucho. Hasta entonces, lo que es evidente es que cada año que pasa sin dar con ella el sida se cobra millones de vidas.

vacuna intermedia

Una vacuna para atenuar la evolución de la enfermedad del sida -no para prevenir- en pacientes infectados por el VIH podría estar lista en un año o año y medio, según se anunció en el reciente Simposium estatal celebrado en Sitges.

FARMACéUTICAS

Mientras que un 48% de la inversión mundial en nuevos productos para la salud es costeado por las industrias farmacéuticas, su aportación a la investigación de vacunas contra el sida es sólo del 10%.

INVERSIóN

La Iniciativa Internacional por una Vacuna contra el Sida calcula que sería necesaria una inversión de 1.150-1.200 millones de dólares cada año en I+D en la búsqueda de una vacuna. En el año 2004 se destinaron 690 millones.

El método milagroso del presidente de Gambia

Dos ensayos clínicos en Kenia y Uganda, cuyos resultados publicados en diciembre fueron bien recibidos por la OMS, revelan que la circuncisión reduce en cerca de un 50% el riesgo de un hombre a contraer VIH en una relación heterosexual. Noticias alentadoras que nada tienen que ver con la protagonizada por el presidente de Gambia, Yahya Jammeh, quien ha expulsado del país a la representante de la ONU por cuestionar su anuncio de que podía curar el sida. Declaró haber usado el santo Corán y siete clases de hojas para sanar a sus pacientes -la ministra de Salud sudafricana animó en su día a comer ajo-. Y llegó a decir que cura el sida los jueves y el asma los sábados.

J.V.

Las frases

José maría Gatell

«Del sida, sólo nos falta la vacuna; y tardará en llegar. Estamos todavía lejos de algo que funcione como vacuna» (Hospital Clinic)

José Esparza

«Sería una tragedia que existiera una vacuna del sida sólo para ricos» (Programa de Vacunas de la Fundación Bill & Melinda Gates)

José Alcamí

«Estamos ante un problema en el que dar fechas sería insensato. No sabemos si una vacuna será posible» (Instituto Carlos III)

Luc montagnier

«Buscar una vacuna preventiva contra el sida es tirar el dinero. Mi convicción es que no podrá funcionar» (Codescubridor del virus VIH)

Joan Tallada

«Es difícil creer que vaya a haber tratamientos para 50 millones de personas. Por eso la vacuna es necesaria» (Grupo gTt sobre el sida)

Stephen lewis

«Con todo el dinero gastado en las guerras de Afganistán e Irak habríamos adelantado mucho en una vacuna» (Enviado de la ONU a Toronto)

peter piot

«En estos momentos las vacunas son algo impredecible. Necesitamos trabajar duro y tener mucha suerte» (Director de Onusida)

udiarraga uribe

«La prevención es necesaria, pero sólo la vacuna acabará con la epidemia del sida» (Representante de IAVI en Euskal Herria)

christian brander

«Hay que dejar de confiar en los políticos que cada cinco años prometen una vacuna» (Investigador del sida en el Hospital General de Massachussets)

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