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Txanba Payés

Armas de destrucción masiva en EEUU

¿Por qué a un ser humano se le pasa por la cabeza coger un arma y matar a sangre fría a más de 30 personas?

La respuesta a la masacre ocurrida en una universidad de Virginia la van a buscar -como siempre- en el individuo que asesinó a 32 estudiantes, hiriendo a otros 30. A la hora de buscar responsabilidad de los hechos, todos lo tienen claro, el único responsable es el estudiante que disparó. Expertos expondrán que el surcoreano estaba lleno de «ira». Sicólogos, sociólogos... hablarán sobre la personalidad de Cho Seung-Hui y discutirán superficialmente del tema, que al cabo de unas semanas se irá diluyendo en los medios.

Sin embargo, ¿por qué a un ser humano se le pasa por la cabeza coger un arma y matar, a sangre fría, a más de treinta personas? La respuesta a estas preguntas está no sólo en el individuo, sino en gran parte en las contradicciones que genera un sistema que vive de la muerte, que inyecta muerte por donde va. En más de treinta estados la pena de muerte esta en vigor. Sus leyes permiten que toda persona acceda a las armas de todo tipo y calibre en algunos estados a partir de los 16 años. La posesión de armas viene contemplado como derecho en su Constitución.

En el país «más libre y demócrata del mundo» el 40% de las familias tienen una o varias armas en su casa. Pero como dicen algunos miembros obtusos de la asociación nacional del rifle «no son las armas las que matan son las personas malas que las utilizan para eso». Personas cercanas a esta asociación dicen que si los estudiantes hubiesen tenido armas esto no hubiese ocurrido. Hay más de 200 millones de armas en los hogares gringos. Y la respuesta, las causas y el origen, la buscan sólo en el individuo que disparó.

Sin embargo que se vendan armas con facilidad no es lo único que produce estos horrendos y execrables hechos. Bush dice estar horrorizado por los hechos, mientras que las miles de muertes mensuales en Irak no le dicen nada. Sus soldados violan, matan a sangre fría, a miles de personas anónimas por el mundo. Hoy es Irak, ayer Vietnam, Corea... hace muy poco Centroamérica, en estos momentos Colombia.

Todos los asesinos en serie de América latina han sido entrenados por EEUU, empezando por los militares y los escuadrones de la muerte de Centroamérica como los que operan en Colombia. Como aquellos que cometieron los asesinatos en Argentina, Uruguay, Chile...

Cuando acaben los ecos de esta masacre, callarán hasta que haya otra, pero sin abordar el verdadero meollo de la cuestión, de un sistema decadente que produce no sólo asesinos en serie, sino a trabajadores que, producto de la desesperación, cogen un arma y matan a compañeros o estudiantes que gustan sentirse importantes y hacen lo mismo. Estados Unidos vive de las armas y ha construido su sistema en base a ellas, mientras en cuanto a valores se refiere andan muy escasos; es por tanto en el modo de producción capitalista donde deberían de buscar las respuestas.

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