Los rojiblancos buscan su tercer triunfo consecutivo
El impulso definitivo frente al regreso a los infiernos
El Athletic confía en mantener su escalada frente a un Sevilla que pelea por mantenerse como firme candidato al título
GARA | BILBO
Es el problema de una mala temporada. Después de siete meses de malos resultados, dos victorias consecutivas refuerzan el ánimo y las posibilidades de salvación pero no inmunizan contra el sufrimiento.
En esas se encuentra el Athletic. Los rojiblancos esperan haber cogido por fin la ola buena. De momento ya les ha permitido acabar con el mal fario que les perseguía en San Mamés y, lo más importante, salir de una zona de la clasificación que, por muy escasas que sean las diferencias, agarrota mentes y piernas. El camino, con todo, es largo todavía. Y muy complicado, si los resultados no siguen acompañando.
En una situación tan apurada, el examen es semanal y eso incluye profesores condescendientes y auténticos ogros. Por ejemplo, el Sevilla, que hoy dictaminará si el Athletic recibe el impulso definitivo -o casi, porque su ventaja seguirá sin ser suficientemente tranquilizadora- hacia la permanencia, o si regresa a los infiernos.
Es evidente el objetivo del cuadro bilbaino, consciente del doble valor de un triunfo en el Sánchez Pizjuán, beneficioso en lo clasificatorio y también en lo moral: prolongar la racha y hacerlo ante uno de los gallos de la Liga -en cuyo feudo, además, no se ha logrado la victoria en las trece últimas temporadas- es un dulce de lo más apetecible, sobre todo para paladares tan necesitados como el rojiblanco.
La defensa
Toca reforzar situación material e inmaterial, por tanto, y parece que Mané lo intentará haciendo lo propio con la defensa bilbaina. Eso se desprende de los ensayos realizados a lo largo de la semana por el entrenador vizcaino que, en principio, dispondrá esta tarde una línea defensiva con tres centrales -Prieto, Sarriegi y Amorebieta- y dos laterales avanzados, Iraola y Expósito. Además, Murillo y un finalmente recuperado Ustaritz actuarán como refuerzo en el centro del campo, cubriendo las espaldas de los encargados de buscarle las cosquillas a Cobeño; esto es, Joseba Etxeberria, Gabilondo y, como jugador más adelantado, Aduriz.
Mané completó la convocatoria con Lafuente, Zubiaurre, Llorente, Iturriaga, Garmendia, Yeste y Urzaiz, mientras que, junto a los lesionados, volvió a dejar en Bilbo a Alba, Dañobeitia y Javi González.
También introducirá cambios Juande Ramos, que espera no pagar los numerosos esfuerzos realizados por su equipo en los últimos tiempos. El Sevilla no renuncia ni a Liga, ni a Copa, ni a UEFA y tanta ambición, lógicamente, tiene un precio, que el Athletic intentará cobrar.
Tras sentenciar la eliminatoria copera el jueves en Riazor, y pese a que los cuatro puntos que le separan del liderato no le permiten descuidarse, el Sevilla jugará hoy sin Pep Martí y Javi Navarro, que ni siquiera han entrado en la convocatoria. Además, Ramos podría dejar fuera del once a Kanouté y Kerzhakov, que empiezan a acusar la carga de partidos, aunque el mosqueo de la afición hispalense con Chevantón y Luis Fabiano tras las numerosas ocasiones que dilapidaron ante el Racing hacen dudar al técnico.
El planteamiento táctico del Athletic está muy alejado de una posible renuncia al ataque, según explicó ayer Mané. En opinión del técnico, para ganar en Sevilla es más importante que nunca «hacer muy bien las cosas desde el punto de vista defensivo» para buscar después «vías de poder contrarrestar su juego».
Algo en lo que confía el vizcaino. Reconoce que el cuadro andaluz «tiene bastantes argumentos, pero creo que nosotros tenemos aspectos del juego que pueden hacerles daño y trataremos de sacar jugo de ello». Mané, por otra parte, explicó que el Athletic viaja con confianza pero «con tensión» tras los últimos resultados.
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