Un atentado suicida llevado a cabo con un camión bomba se cobró ayer la vida de al menos 20 personas en la ciudad iraquí de Ramadi, situada a unos 100 kilómetros de Bagdad, según fuentes de la Policía local.

Las fuentes explicaron que, además, otras 30 personas resultaron heridas como consecuencia de la explosión que ocurrió en el noroeste de la ciudad, capital de la provincia de Al Anbar.

En otro atentado registrado el lunes en la provincia de Diyala, al noroeste de Bagdad, murieron nueve soldados de EEUU al estallar una bomba colocada en un automóvil, informó la CNN.

La explosión del vehículo causó, además, heridas a 20 soldados y a un civil iraquí, añadió la CNN, que atribuyó su información a fuentes militares.

Este atentado fue reivindicado por un grupo insurgente vinculado a Al Qaeda a través de un comunicado colgado en una página web islamista.

En los últimos meses, la provincia de Diyala ha sido escenario de enfrentamientos entre las tropas estadounidenses y fuerzas chiíes y suníes.

Por otra parte, un soldado británico murió al sufrir un ataque cuando patrullaba en Basora, al sur de Irak, según informó el Ministerio de Defensa de Gran Bretaña.

Con éste, ya son 145 los soldados británicos que han perdido la vida en Irak desde el inicio de la invasión liderada por EEUU en marzo de 2003.

Precisamente ayer, el Ejército británico entregó a las fuerzas iraquíes el control de la base logística de Shaibah, uno de los principales centros de operaciones de las tropas británicas en el país, que ahora pasará a ser una base de entrenamiento.

La breve ceremonia de traspaso de control es el último ejemplo de los esfuerzos de las fuerzas iraquíes de asumir un mayor control en algunas zonas del país, mientras las fuerzas británicas prevén comenzar a retirarse del sur del país árabe.

El contingente británico en la ciudad trabajará ahora desde otra base británica, en el principal aeropuerto de Basora.

Ayer, Suliman Al Askari, uno de los principales asesores del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ha admitido que el proceso de reconciliación nacional deberá incluir a los grupos armados que operan en el país, en un claro giro en la política gubernamental. En declaraciones recogidas al diario iraquí «Al Sabh», aseguró que «la reconciliación incluye a algunos de aquellos que han estado involucrados en acciones armadas».

Bush, a lo suyo

El presidente de EEUU, George Bush, mientras, reiteró ayer que vetará un proyecto de ley de gastos suplementarios para Irak que aprobó el Congreso, porque impone la salida de las tropas del país árabe y sólo augura «caos» para la región.

En unas breves declaraciones a la prensa, Bush dijo sentirse «decepcionado» por el rumbo que tomaron los demócratas, desde que controlan el Congreso, de imponer un calendario para el repliegue paulatino de las tropas estadounidenses desplazadas a Irak.

Bush acusó a los demócratas de «politizar» la guerra en Irak y agregó que «aceptar su proyecto de ley sería aceptar una política que contradice la opinión de nuestros comandantes».