La masacre de Xamán y la lucha contra la impunidad y el olvido en Guatemala
«Xamán. Genocidio, impunidad y experiencias compartidas: Guatemala, Argentina", recrea la matanza de once civiles en esta comunidad indígena guatemalteca en 1995. Los pormenores de esta masacre pero, sobre todo, la lucha contra la impunidad son el eje de esta publicación.
Ainara LERTXUNDI |
El 5 de octubre de 1995, una patrulla militar guatemalteca formada por 26 soldados y un subteniente entraron en Xamán, una comunidad indígena, ubicada en el norte de Guatemala, en el departamento de Alta Verapaz. Antes de esta incursión y de la matanza que le siguió, sus pobladores se afanaban en ultimar los festejos que iban a tener lugar en los días siguientes para celebrar el primer aniversario del regreso a su tierra tras 14 y 15 años de exilio en México.
El 8 octubre de 1992, el Gobierno guatemalteco firmó el acuerdo para el retorno y reintegración de los refugiados. Entre 1993 y 1994, se produjo la vuelta y reasentamiento de muchos de ellos en la comunidad Aurora 8 de Octubre de Xamán.
Pero las celebraciones se convirtieron en un auténtico baño de sangre. Pese a los requerimientos de la población para que se fueran, los soldados no lo hicieron. El ambiente se fue tensando hasta que el jefe de la patrulla militar hizo una señal e, instantes después, comenzaron a disparar sus fusiles en todas direcciones. En medio de gritos de terror, se escuchó la explosión de dos granadas. Murieron 11 personas, incluyendo 2 niñas, y 27 resultaron heridas de diversa consideración.
Esta masacre y «la lucha contra contra la impunidad» son el eje central del libro «Xamán. Genocidio, impunidad y experiencias comparadas: Guatemala, Argentina», en cuya elaboración ha participado la ONG Mugen Gainetik. Ayer lo presentó en Donostia junto a Gustavo Meoño, director del archivo de la Procuraduría de los Derechos Humanos de Guatemala; Benjamín Cuéllar, director del Insituto de DDHH de la Universidad Centroamericana Simeón Cañas de El Salvador, y la diputada para los DDHH de Gipuzkoa, Mari Carmen Marín.
«No se trata de un libro más para llenar las bibliotecas. Aparece en un momento muy importante, ya que Guatemala vive ahora las consecuencias de la impunidad, que invita a la repetición de los crímenes. Hechos muy recientes están poniendo de manifiesto que aún persisten la tortura, las ejecuciones extrajudiciales, los escuadrones de la muerte... », subrayó Meoño.
En este sentido, resaltó que «esta obra no sólo significa la búsqueda y el derecho a la justicia sino también el derecho a la memoria y a saber qué pasó». El libro será entregado a la comunidad de Xamán. «Es una forma de decirles que el crimen no ha quedado en el olvido», remarcó.
Por su parte, Cuéllar destacó que en los 90 en Centroamérica «se pusieron de moda de una manera incorrecta palabras como democracia, paz y reconciliación. En vez de presentarlas como valores, se presentaron como una realidad. El uso irresponsable de esas palabras terminó por devaluarlas». «Es una de las regiones más violentas del continente, pobre y sin institucionalidad fuerte. Ahora, se nos presentan otros ingredientes como el crimen organizado, la cantidad de armas que hay y una sociedad atomizada; en vez de movimientos sociales, tenemos movimientos migratorios», denunció.
En pocas palabras, «es una región de oportunidades y amenazas, una olla de presión». «Se trata de prevenir el fuego, no de apagar el incendio», concluyó.
Según explicó Meoño, la masacre de Xamán es un caso «emblemático» por el periodo en que se produjo, porque «se suponía que ya no había conflicto armado» y los refugiados comenzaban a retonar a su tierras tras 15 años de exilio.
Fue la primera vez que una comunidad pidió en los tribunales que se juzgara a miembros del Ejército y que una patrulla militar fue acusada de «ejecución extrajudicial». Los autores intelectuales no fueron juzgados.
«Centroamérica, impunidad, estado de derecho y derechos humanos» es el título de la conferencia que mañana impartirá Benjamín Cuéllar a las 11.00 en Sarriko (Bilbo) y a las 19.30 en el FNAC de Donostia.
Entre los testimonios que recoge este libro está el de la Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú, autora del prólogo. «Imágenes terribles de mujeres corriendo bajo las balas, con un hijo recién nacido amarrado a la espalda y arrastrando de las manitas a otros dos niños pequeños. Todos corrían de un lado a otro buscando salvar la vida. Fernando Chop, un joven maestro de 17 años, recibió dos tiros en la espalda cuando corría y casi se había puesto a salvo (...). Rosenda, gravemente herida en un pie y con esquirlas incrustadas en las piernas, logró salvar la cámara con las valiosas fotografías. Alguien vio el reloj; pasaban diez minutos de las 14.00 de la tarde de un día terrible. Una nueva pesadilla de sangre, una nueva herida en la memoria del pueblo maya», denuncia Menchú.
Rosenda Sales logró sobrevivir a la matanza. «Todos corrimos a buscar dónde escondernos, los soldados disparaban y otros tiraban bombas; caímos al suelo y, como pudimos, nos arrastramos hasta llegar a un sitio más seguro, pero las balas seguían matando gente», relata.