La conmemoración del Día Mundial a favor Darfur, que ayer sacó a la calle a miles de activistas en más de 35 países del mundo, desde Mali, Islandia y Mongolia hasta Túnez y el Estado francés, pasando por Estados Unidos y Tailandia, quiso convertirse ayer en una llamada urgente de la ciudadanía a la comunidad internacional para que, además de hacer declaraciones de buenas intenciones y acordar actuaciones sin efecto, intervenga de manera decidida para poner fin a la grave situación que padece la población en esa región del oeste de Sudán. Además, se pidió al Gobierno de Jartum a que acepte inmediatamente el despliegue de «fuerzas internacionales de mantenimiento de la paz» para proteger a los civiles de la zona.

Durante la jornada, militantes pro derechos humanos voltearon relojes de arena con un líquido rojo, acto simbólico para transmitir el mensaje de que «cada segundo de demora es un segundo en el que habrá más sangre derramada».

Más de 200.000 personas han muerto en los últimos cuatro años, desde el comienzo del conflicto, y más de dos millones y medio se han visto desplazadas de sus hogares. Desde comienzos de año, la situación se ha deteriorado aún más y el conflicto ha traspasado las fronteras de Sudán y se ha extendido al este de Chad y a la República Centroafricana.

Según AI, los desplazamientos forzados masivos y otras violaciones de derechos humanos han empeorado la crisis humanitaria en Darfur. Además, Jartum sigue apoyando a las milicias «janjawid» que, junto con las tropas sudanesas, son responsables de esas graves violaciones. Los grupos armados de oposición también han cometido violaciones de derechos y del Derecho Internacional Humanitario, según AI. A pesar del abrumador consenso internacional sobre la necesidad de desplegar una fuerza conjunta de la ONU y la Unión Africana (UA) para proteger a la población civil, el Gobierno sudanés sigue negándose a permitir este despliegue, lamentó la organización.

Coincidiendo con el Día Mundial a favor de Darfur, en Libia tuvo lugar una conferencia internacional sobre Darfur, organizada por Muamar El Gadafi, cuya declaración final reafirma su apoyo a la creación de una «fuerza internacional de paz» de la ONU y la UA y apela al cese de los enfrentamientos.