CICLISMO Liège-Bastogne-Liège
Danilo Di Luca se desquita con su mejor victoria
Tras tener que conformarse con el tercer puesto en las dos clásicas previas, el corredor italiano pudo subir al primer peldaño del podio en la «doyenne"
Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR
Danilo Di Luca añadió ayer la joya de la corona a un palmarés repleto de perlas. Tras dos larguerazos consecutivos en la semana previa -fue tercero en la Amstel Gold Race y la Flecha Valona, pruebas en las que se había impuesto en 2005-, el corredor de Liquigas se desquitó con su mejor triunfo.
La Liège-Bastogne-Liège volvió a hacer honor a su fama, con la elite del pelotón internacional dando lo mejor de sí en una jornada que se vivió con emoción hasta los últimos kilómetros que, como casi siempre, volvieron a ser los decisivos.
La «doyenne» tuvo, además, protagonismo vasco, gracias a Unai Etxeberria (Euskaltel-Euskadi), que se metió en la escapada del día. Junto a Vasil Kiryenka (Tinkoff), Rémy Di Gregorio (La Française) y Jan Kuyckx (Landbouwkrediet) saltó del pelotón cuando apenas se habían cubierto los siete primeros kilómetros y llegó a rondar los 19 minutos de ventaja cuando se alcanzaba el setenta. Pero aunque se hubieran ido hasta la hora, no tenían nada que hacer. El mayor ramillete de estrellas imaginable, con sus mejores lugartenientes y la clásica más prestigiosa como objetivo hacían inviable cualquier sorpresa.
Así que conforme fueron creciendo los números en el cuentakilómetros, fue cayendo la ventaja de los fugados. A la altura de La Redoute, Stefan Schumacher (Gerolsteiner) demostró no ser flor de un día, marchándose con fuerza en compañía de otros cuatro corredores. No tardaron en alcanzar a los hombres de cabeza y, poco después, el vencedor de la Amstel protagonizaba otra arrancada que le permitía empezar a soñar con una semana gloriosa.
Pero por detrás no estaban dispuestos a tropezar dos veces con la misma piedra y apretaron los dientes hasta alcanzar al alemán. No fraguaron los ataques de Paolo Bettini (QuickStep) o Alejandro Valverde (Caisse d'Epargne), pero sí el de Frank Schlek, que se llevó a rueda a un mal compañero, Danilo Di Luca (Liquigas). El italiano aguantó a rueda hasta los últimos metros, en los que arrancó con la suficiente fuerza para asegurarse la victoria.