Palabras que no siembran hechos
La visita relámpago a Euskal Herria que llevó a cabo ayer el presidente español podría pasar desapercibida si únicamente se pone la lupa sobre las palabras que pronunció. En su primir acto político en Nafarroa desde que llegara a La Moncloa, José Luis Rodríguez Zapatero no aportó ninguna iniciativa, ni siquiera de tinte electoral (lo que hubiera sido comprensible teniendo en cuenta que ya queda menos de un mes para que se celebren los comicios forales y municipales). Pero precisamente por ello, por su falta de contenido, es resaltable el discuro del presidente español. Zapatero no respondió a ninguno de los emplazamientos que se le han lanzado en las últimas semanas desde la izquierda abertzale para mantener viva la esperanza de que un proceso de diálogo abra el camino hacia una solución justa y definitiva del conflicto que enfrenta a este país con el Estado español.
Es más, si nos limitamos a examinar lo que el líder del PSOE dijo en referencia al actual estatus de Nafarroa, ¿quién puede encontrar diferencias entre su discurso y el de los representantes de UPN y PP? Mantener el bulo político de que «los navarros ya han decidido» o ensalzar el Amejoramiento como si se tratara de una graciosa concensión emanada de no sé sabe qué pacto entre el antiguo Reyno y el actual Estado español -evidente aberración histórica-, no puede sino suscitar el temor de que el Ejecutivo de Zapatero se ha instalado en el inmovilismo total. Y, además, podría mantenerse en esa posición con el anclaje que le facilitan formaciones vascas que, cada vez con menos reparos, comparten esas tesis sobre la partición territorial en las que confluyen PSOE y PP y ya ni siquiera apelan a esa coletilla de que «cada territorio a su ritmo».
Y si Rodríguez Zapatero es más elocuente en sus silencios que en sus discursos, lo contrario le ocurre a Josu Jon Imaz. El líder jeltzale se ha desbocado en el inicio de la carrera electoral; día tras día va acumulando descalificaciones hacia la izquierda abertzale mientras se esfuerza en presentar a la ciudadanía un escenario con atentados de ETA como el único futuro posible a corto plazo. ¿Eso es lo que ofrece el PNV a este país?