jesus mª alkorta etxezarreta
Hablando de donantes y donaciones
Me diagnosticaron cirrosis hepática en 1999, y desde ese día hasta hoy he tenido cinco ingresos bastante complicados por hemorragias producidas por dicha cirrosis, mi situación se iba deteriorando y llegó el momento en que la única solución era el transplante de hígado. Después de estar cinco meses en lista de espera, me llamaron de Cruces para el transplante, la alegría y el nerviosismo corrió por mi familia y amigos. Llevo tres meses transplantado y estoy estupendamente, siendo consciente de mi situación de enfermo crónico.
Muchas veces me preguntaba, ¿por qué me ha tocado a mí esto? Y no tiene respuesta pero sí solución, gracias a vuestro gesto generoso y humano mi calidad de vida ha mejorado muchísimo, me siento vivo y mirando con mucha ilusión al futuro. No es fácil ser consciente de la necesidad de donar órganos hasta que lo necesita uno mismo o alguna persona querida. Con estas líneas quisiera animar a todo el mundo a que se hiciera donante de órganos porque son la esperanza de vida de muchas personas que lo necesitan.
Quiero terminar mi carta dando las gracias, primero a todas las personas que son donantes de órganos, ya que sin ellos no sería posible este milagro; segundo, a los familiares y al donante del órgano que me transplantaron y por último dar gracias al trato que he recibido en el hospital de Cruces y al equipo médico en general.