Londres alerta del peligro del turismo para la Antártida
GARA |
En la reunión del Tratado Antártico que ayer comenzó en Nueva Delhi, el Gobierno británico advertirá que el creciente número de turistas que llegan a la Antártida en cruceros representa un grave peligro para esta zona.
No obstante, el británico Neil Gilbert descartó que se vaya a plantear una prohibición, aunque Gran Bretaña es partidaria de prohibir los buques que no hayan sido reforzados especialmente para el hielo y de establecer un sistema mediante el cual siempre haya un buque dispuesto a ayudar a cualquier otra embarcación ya que la Antártida no tiene guardia costera.
Los expertos han alertado de que un eventual derrame de petróleo desde un buque pondría en peligro la fauna de la región y se tardaría años en limpiar.
Se cree que este año alrededor de 30.000 personas, cuatro veces más que hace diez años, llegarán a la Antártida para observar de cerca a los pingüinos, las focas y las aves marinas. A ellas hay que sumar otras 7.000 que pasan por el lugar en cruceros pero sin desembarcar. En la actualidad, los turistas no llegan sólo en barcos pequeños con capacidad para 200 personas sino también en grandes transatlánticos que pasan varios días en las cercanías de la Antártida como parte de viajes más largos.
El Tratado, firmado en 1959, regula las relaciones entre los estados firmantes que se comprometieron a garantizar que la Antártida sea utilizada siempre con fines pacíficos.