Ya se han encendido todas las luces rojas del cuadro de mando del nacionalismo ultramontano español. Santiago Abascal, que va camino de aspirante a cruzado, levantaba la voz en «El Semanal Digital» al modo en que lo hacía Pedro El Ermitaño para llamar a liberar Jesuralén durante la última Cruzada.

Proclamaba Abascal sus verdades y remataba con el llamamiento al pronunciamiento. Muy en el estilo de la fachenda hispana.

Según Abascal «ASB era el señuelo, con sus listas totalmente contaminadas de antiguos candidatos de Batasuna-ETA. Pero el histórico partido ANV ha sido finalmente la marca adoptada por ETA para volver a introducir a los terroristas en las instituciones españolas. Tal ha sido el disfraz de la mafia para hacerse de nuevo con los escaños municipales y con la financiación pública». Me inquieta esa cantinela de la `financiación' ¿Cómo se financian los partidos en este régimen? ¿Se dedican a mangonear en el cajón municipal? Bueno es saberlo.

Y, puestos a alarmar, legan a descalificar incluso a los suyos: «Los informes policiales hechos a medida del Gobierno e interpretados por jueces adictos al Gobierno no podían dar otro resultado: negar la mayor. Todo ha quedado preparado, después de que el juez estrella, esbirro del Gobierno, haya sentado cátedra negando la vinculación de ANV y ETA. Ahora los abogados y fiscales del Gobierno preparan la gran farsa: la impugnación completa del señuelo batasuno y la impugnación parcial, selectiva, a la baja, de la verdadera marca electoral de ETA». O sea, todos los poderes del Estado, al servicio de ETA. ¿A que es gracioso Abascal?

Y ahora empieza la arenga a sus tropas: «Mientras tanto, las evidencias y pruebas contra ANV -interiorizadas por los ciudadanos- están siendo el caldo de cultivo de un nuevo clamor ciudadano. La indignación de la calle hace vislumbrar una respuesta similar a la provocada por el escándalo De Juana». Ya empiezan los obispos a calentar para volver a patear la Castellana.

Revela Abascal su tarea de investigador privado y sentencia que ha reconocido a mogollón de abertzales en las listas de ANV de su pueblo. Y a partir de ahí, todo está claro: «¿Hay o no sucesión de partidos? ¿Es o no la reactivación de ANV el intento de suceder a Batasuna? Sólo un necio o un malintencionado podría errar en la respuesta». Errar, se entiende, es no darle la razón a Santiaguito.

Y termina en el llamamiento: «Ante la traición que el Gobierno cierne sobre los españoles sólo cabe la movilización social. Ante la juramentación de policías, `jueces estrella' y Gobierno sólo cabe la reacción ciudadana». Así empezó Mola.