El Alavés regresó ayer al trabajo con las miras puestas en el que, probablemente, es uno de los partidos más importantes en esta recta final de la temporada.

No sólo porque los albiazules reciben a uno de sus más directos rivales, un Las Palmas que les supera en un punto en la clasificación, sino porque este sábado hay otro duelo directo (Real Madrid B - Málaga), lo que puede provocar que el resultado de la jornada sea ilusionante o descorazonador.

La mejor noticia en el entrenamiento albiazul la propiciaron ayer Gaspar, Arthuro y Lacen que, aparentemente superadas sus molestias en el tobillo, trabajaron con normalidad. Pese a los diferentes problemas físicos que arrastran, también pudieron trabajar junto al grupo Coromina, Rubén Navarro y Wellington, mientras Carpintero se retiraba antes de tiempo por precaución.

No fue el caso de Aloisi, Elton y Ogbeche, que se ejercitaron por su cuenta. En lo que respecta a Quique de Lucas, y después de que una radiografía confirmara el lunes que padece un esguince de grado I, ayer se limitó a recibir tratamiento.

El equipo gasteiztarra volverá a ejercitarse hoy en Ibaia, aunque a puerta cerrada.

Rival ambicioso

Las Palmas también volvió ayer al trabajo. Desde las instalaciones de Barranco Seco, Roberto Trashorras se mostraba confiado «en sacar algo positivo de Mendizorrotza. El Alavés será un rival muy difícil, pero vamos con ambición», advirtió.