Bruselas reduce el peso del gasto agrícola en el presupuesto para 2008
La Comisión Europea presentó ayer un proyecto de presupuesto para la UE en el que, por primera vez, el gasto agrícola no supone la mayor partida del mismo. Bruselas lo presentó como un «cambio histórico" en las prioridades a favor de políticas que fomenten la «competitividad", pero aseguró que no perjudicará a otras partidas. El gasto agrícola verá reducido el dinero destinado a sostener los precios.
GARA |
La Unión Europea sigue dando pasos para aliviar el peso de la agricultura en su presupuesto. La Política Agraria Comunitaria se ha llevado hasta ahora la mayor parte del dinero de la Unión, y su última reforma, así como su próxima revisión pretenden reducir la cuenta agrícola, sobre todo a través de la eliminación de las ayudas a la producción.
Es ese contexto la Comisión Europea presentó ayer su propuesta de presupuesto general de la UE para 2008. Por primera vez, los gastos previstos para las políticas destinadas directamente a promover el crecimiento económico y el empleo superan el gasto agrícola. Según la comisaria Dalia Grybauskaité, se trata de un «cambio histórico» que prueba «la firmeza de la CE en su ambición de centrar el presupuesto en los desafíos globales a los que ha de hacer frente Europa en su conjunto».
Con un volumen global de 121.600 millones de euros en créditos de pago, el anteproyecto de presupuesto, que debe ser negociado ahora con los gobiernos y con el Parlamento Europeo, conlleva un incremento del 5,3% respecto a 2007 y representa el 0,97% de la Renta Nacional Bruta de los Veintisiete.
La comisaria calificó de «moderado» el aumento (+5,3% en créditos de pago, pero solo +2,0% en créditos de compromiso) y destacó que el cambio de prioridades, en favor de la competitividad, el crecimiento y la cohesión, se lleva a cabo «sin sacrificar otras políticas».
Explicó que el aumento significativo de los pagos es lógico por tratarse del segundo año de aplicación del nuevo marco presupuestario (2007-2013) y porque empiezan a arrancar los proyectos que la UE cofinancia en los estados miembros. En créditos de compromiso (dinero que se presupuesta pero que no se desembolsa necesariamente dentro del ejercicio), las políticas de mejora de la competitividad y de cohesión económica y social recibirán 57.200 millones de euros (un 4,2% más que en 2007), frente a los 56.300 millones para agricultura, pesca y medioambiente, hasta ahora la partida más voluminosa.
Más para «seguridad»
Los créditos globales destinados a la agricultura se mantienen estables respecto a 2007 pero registran «movimientos internos», como la reducción de los gastos ligados al sostenimiento de los precios (-11%) y el aumento de las ayudas directas (+1%) y del presupuesto para el desarrollo rural (+1,6%) y medidas medioambientales (+11%).
La partida que experimenta mayor crecimiento (+11,1%) es la denominada «Ciudadanía, Libertad, Seguridad y Justicia», y en particular, la dedicada a la gestión de los flujos migratorios (+24%). La aprobación final del presupuesto no se producirá hasta mediados de diciembre.
El crédito global para la agricultura no se reduce pero registra «movimientos internos» que recortan el dinero destinado a sostener precios y aumenta el dedicado a «medidas medioambientales».
La Comisión confía en lanzar en verano el debate entre los gobiernos de la UE sobre la reforma de las finanzas, aunque pretende ser un debate «estrictamente político, sin cifras ni programas en discusión».
Holanda escogió el Primero de Mayo como fecha de apertura de su mercado laboral a los trabajadores de ocho países del Este, que se adhirieron a la Unión Europea hace justo tres años. Desde el pasado domingo, los trabajadores provenientes de Polonia, Eslovaquia, Hungría, República Checa, Eslovenia, Estonia, Lituania y Letonia ya no necesitarán permiso de trabajo para poder emplearse en Holanda.
Según fuentes del ministerio de Asuntos Sociales holandés, el año pasado Holanda ya flexibilizó las condiciones de libre entrada para estos trabajadores en algunos sectores del mercado laboral que no se podían cubrir sólo con holandeses. Por este motivo Holanda espera que la supresión de las restricciones a estos nuevos europeos al mercado laboral holandés apenas se note. El ministro de Asuntos Sociales, Piet Hen Donner, estima que Holanda recibirá anualmente entre 100.000 y 120.000 trabajadores provenientes de esos países del Este de Europa.
En un principio los sindicatos temían que la entrada de trabajadores del Este produjese una situación de competencia desleal respecto a la mano de obra holandesa. Para evitar esa situación, el ministerio de Asuntos Sociales holandés se encargará de controlar que los trabajadores del Este reciban salarios comparables con los holandeses y que tengan posibilidades de encontrar un lugar digno donde vivir. Las empresas que paguen menos que el salario mínimo a las personas procedentes de los citados países podrán recibir una multa de hasta 6.700 euros, cantidad que puede ser aún mayor en casos de reincidencia.
