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Raimundo Fitero

Los paranoicos

Los paranoicos son aquellos que están convencidos de que alguien les persigue constantemente. ¿Somos paranoicos? No, no somos paranoicos: nos persiguen. Pero Antena 3 en su búsqueda desesperada de un lugar en las listas de audiencias estrena y estrena programas, algunos de los cuales, van rápidamente al olvido, otros pasean por horarios y días hasta la desaparición y otros se mantienen agónicamente. El último estreno se llama: «Paranoia nacional», y como su nombre indica, es una parodia de aquel «La parodia nacional» que tuvo su exitosa existencia hace casi un década, pero mezclado con otro programa antiguo, «Moros y cristianos», y para intentar que la confusión sea total, lo presenta Juan y Medio, que a su vez el mismo sábado aparece unas horas antes en la misma pantalla de la misma cadena con un concurso titulado «1 contra 100».

Planteado así este asunto, a estas horas de ayer domingo en las que el ruido de las motos me aturde y no me permite descifrar el mensaje de que el TS ha estado hasta las siete de la madrugada deliberando (¿seguro?), solamente puedo recordar el cuento más paranoico: «Despertó y el dinosaurio seguía ahí».

La otra paranoia se trata de un debate en forma de espectáculo, de una pregunta para votaciones externas y un cuerpo de cante y baile que a temas conocidos les cambia la letra. O sea, una simbiosis de los programas mencionados. Si se pone en un lado a Jorge Vestrringe y al otro a MAR (Miguel Ángel Rodríguez), o sea un ex fascista que ha recorrido (eso dicen) un camino desde AP a una izquierda marxista, frente a un señor que fue del PC y ahora es la extrema derecha de Aznar, el equilibrio es bastante delicado. Los otros participantes son también como para entrar en paranoia, el famosos Risto de OT, y Lucía Echevarría, la escritora más plagiadora. De ahí en adelante se puede entender que el tema central fuera Isabel Pantoja, que para cachondearse de la audiencia resultase que la votación popular fue mitad y mitad a favor de la inocencia de la Pantoja, y que la letra del tema musical central estaba muy bien traída, el supuesto humor y todo el tono, se queda en algo insustancial.

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