La confianza mutua y la buena relación entre una plantilla y el entrenador es indispensable para que un equipo funcione. La buena sintonía entre todos los estamentos es necesaria como ha quedado demostrado en este cuarto título de Superliga. No se trata de tener una buena plantilla y un buen entrenador, sino el mejor entrenador para la plantilla. Un argumento que vale para cualquier equipo. El ansia por construir un proyecto propio y diferenciarse del anterior de Fernando Lamikiz a punto estuvo de cortar por lo sano el prometedor futuro del Athletic femenino. Sin embargo, tuvo tiempo de rectificar antes de abandonar el club con el regreso de Iñigo Juaristi. Esta temporada las rojiblancas han recuperado la sonrisa y, cuando se trabaja a gusto y existe materia prima, se puede aspirar a todo. Son y han sido las mejores. Zorionak!