Los resultados de la Real en las dos últimas jornadas y los logrados por el Levante y el Athletic en la última han dejado a los blanquiazules en una situación límite, obligados a conseguir cuatro victorias en los próximos partidos ante Nástic, Celta, Osasuna y Racing e incluso así podía ser necesario ganar en el campo del Valencia en el último. Ya no hay margen para el error, ni para especulaciones ni para las cuentas. Sólo vale ganar cada domingo y para ello la Real necesita marcar más goles de los logrados hasta el momento. Es el equipo menos realizador de la categoría con 23 tantos, por detrás de Deportivo (24), Levante (27) y Nástic (30), y no ofrece unas garantías defensivas como las del cuadro gallego, lo que le ha permitido asegurar muchos triunfos con un gol.

La Real sólo ha ganado dos partidos en toda la temporada por 1-0 -ante Levante y Betis- y con mucha suerte de que los rivales no materializaran sus ocasiones. Ante el Atlético de Madrid, en el partido que debe servir de espejo en este esprint final, los blanquiazules sí ganaron 2-0 tras un buen segundo tiempo, aunque en el primero concedieron demasiadas ocasiones claras por errores propios. En el resto de los partidos ganados ante Nastic (3-2), Osasuna (2-1) y Mallorca (3-1) fue necesario marcar más de un tanto para lograr la victoria.

Y lo cierto es que de los 33 partidos disputados, en sólo seis la Real ha conseguido más de un gol. En nueve consiguió uno y en dieciocho no marcó. Esta pobre trayectoria goleadora es más evidente en las salidas. En once de las dieciséis los blanquiazules no marcaron, en cuatro lograron un gol y sólo en Zaragoza se consiguieron dos.

Los datos dejan en evidencia la necesidad de la Real de cambiar de actitud, incluso de estos últimos meses en los que los resultados han sido mejores, más que por una mejoría clara en el juego, por tener más suerte y menos oposición arbitral.

La Real no puede limitarse a ser un equipo ordenado que espera en su campo al rival y se esfuerza por no dejarle espacios y no conceder ocasiones, porque con eso no vale si no se tiene una capacidad para salir al contragolpe de la que el equipo carece. La Real en toda la temporada apenas ha metido goles a la contra porque no tiene velocidad, recupera el balón demasiado atrás y juega tan retrasada que llega con pocos jugadores a las posiciones adelantadas.

Ante el Atlético la Real, sobre todo en el segundo tiempo, jugó de una manera más decidida, con una fuerte presión de los cuatro jugadores más adelantados en el campo rival, bien apoyada por los demás y así el Atlético no creó ocasiones y la Real ganó con autoridad. Esa parece la mejor referencia para afrontar este final complicado.