GARA > Idatzia > Mundua

La existencia de los jarawa en las islas andamán, bajo la amenaza de la carretera que debería estar cerrada

Los jarawa, cazadores y recolectores nómadas, llegaron a las Islas Andamán, en la India, hace 60.000 años. Durante milenios mantuvieron intacto su hábitat, en peligro por la construcción de una carretera. Pese a que el Supremo ordenó su cierre, aún sigue abierta.

GARA

Los miembros del pueblo Jarawa siguen resistiendo como pueden en los bosques de las Islas Andamán, al este de la India. Hace justo cinco años, el Tribunal Supremo ordenó cerrar la carretera que parte en dos su territorio y la retirada de todos los colonos. Prohibió también la tala de árboles. Pero, cinco años después, la carretera continúa abierta y la caza furtiva no ha desaparecido.

«En Andamán, no hay necesidad de unir por tierra las poblaciones, que están en la costa; la comunicación puede hacerse por mar. Esa vía fue trazada para explotar los bosques y la destrucción de éstos destruye a los jarawa», remarca Pankaj Sekhsaria, portavoz de la ONG india Kalpavriksh,

Las Andamán, que conforman un brazo de tierra de unos 300 kilómetros de largo situado a más de 200 del continente, eran hasta épocas recientes escasamente visitadas, por lo que los jarawa pudieron mantener intacta su forma de vida, basada principalmente en la pesca, la caza de lagartos, jabalíes y cerdos, y la recogida de semillas.

Sin embargo, con la construcción de la carretera, cuyas obras empezaron en la década de los 70, llegaron los colonos, cazadores furtivos y madereros. Éstos cazan a los animales de los que se alimenta la tribu y les exponen a enfermedades no conocidas por los jarawa. El sarampión es una de ellas. Sin ir más lejos, el pasado año, el 20% de los jarawa sufrió una epidemia de esa enfermedad, que ya en el siglo XIX dejó al borde de la extinción a la tribu Gran Andamaneses (pasaron de 5.000 a los apenas 41 de hoy en día).

Además de los virus y la tala de árboles, la carretera ha acarreado otros fenómenos como el turismo ilegal e, incluso, la prostitución. «Eenen Piti Piti (los hombres malos) nos engatusan para utilizarnos», declaró en 2003 el jarawa Enmei al periódico «Hindustan Times». Era la primera entrevista concedida por un miembro de la tribu.

En 2004, el tsunami que asoló el Índico ya hizo temer por la extinción de los jarawa, quienes, basándose en sus propios sistemas de alerta y protegidos por la selva, apenas sufrieron sus efectos.

Hace justo cinco años, el Tribunal Supremo de India decretó el cierre de la carretera pero las autoridades de las islas no han materializado la medida a pesar de la presión internacional, según ha denunciado la asociación británica Survival con motivo del quinto aniversario de la decisión judicial. «Está fuera de lo corriente que el Gobierno indio haya ignorado durante cinco años la orden del Supremo. L a carretera se debe clausurar antes de que sea demasiado tarde», subrayó el director de Survival, Stephen Corry. La administración local congeló la ejecución de la orden a la espera de que se resuelva favorablemente un recurso presentado para mantener abierta la vía que, según argumentó, mejora la comunicación entre el norte y el sur de las islas.

«La carretera facilita la destrucción del bosque y permite la caza ilegal y la invasión de su espacio», denunció Sekhsaria.

Los jarawa no sólo han tenido que hacer frente a la llegada de colonos y cazadores a su territorio, a la aparición de enfermedades desconocidas para ellos y a la destrucción de su hábitat. En 1990, las autoridades locales anunciaron el reasentamiento forzoso de la tribu, pero tras una intensa campaña en contra de esta medida, se echaron para atrás. La sedentarización forzosa resultó ser mortal para otras tribus de las Islas Andamás. «Introduce enfermedades, destruye el sentido de la identidad y comunidad de un pueblo y el priva de su autonomía», resalta en su página web Survival.

Se cree que los jarawa, cuya población actual oscila entre los 200 y 300, viajaron desde Africa hace 60.000 años. y, durante miles de años mantuvieron intacto su medio de vida. En los últimos 150 años, se han asentado en sus islas colonos británicos y de la India continental, con quienes hasta 1998 no entablaron ningún contacto.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo