Volvió a lamentarse ayer el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, de que la atención pre-electoral esté centrada en la izquierda abertzale y lo que su «sopa de siglas» pueda hacer en los próximos comicios. No es la primera vez que el líder jeltzale y otros miembros de su propio partido hacen este tipo de afirmaciones. Quizá cabría pedirles que prediquen con el ejemplo, toda vez que buena parte de la alocución de Josu Jon Imaz de ayer estuvo, nuevamente, dedicada a la izquierda abertzale -con especial énfasis en tratar de deslegitimarla- y a sus predicciones en la faceta de anunciador de futuras catástrofes que viene cultivando en las últimas semanas.

En cualquier caso, los discursos de Josu Jon Imaz siempre resultan reveladores, por cuanto sus palabras se sitúan cada vez más lejos de los principios contenidos en la propia ponencia política del PNV. Ayer anunció que a la hora de formalizar futuros pactos exigirá una suerte de label democrático a ANV, al tiempo que no descartaba la posibilidad de buscar acuerdos con Mariano Rajoy si algún día vuelve a la Moncloa, y lo dijo en un momento en el que el PP se encuentra aislado en el Congreso. Saber que Josu Jon Imaz se siente más cercano al PP que a una formación de la izquierda abertzale es un dato importante, que a buen seguro debe tener en cuenta la sociedad vasca.