Fernando Sebastián no rectifica y dice que ha sido malinterpretado
El arzobispo de Iruñea, Fernando Sebastián, aprovechó ayer una conferencia en Madrid para decir que se ha hecho una «interpretación equivocada» de sus palabras en apoyo a grupos españoles de extrema derecha, pero no se arrepintió de ello, sino que insistió en que «merecen alguna consideración y respeto». Miguel Sanz reaccionó diciendo que el prelado «no ha querido decir eso que algunos pretenden».
GARA |
Las afirmaciones de Fernando Sebastián apoyando a la extrema derecha española, criticando el laicismo y avalando las posturas sociales más ultraconservadoras fueron matizadas ayer por el propio arzobispo de Iruñea durante una conferencia celebrada en la Universidad Rey Juan Carlos, en Madrid, sobre «La aportación de la Iglesia a la Transición». El máximo mandatario de la Iglesia católica en Nafarroa explicó que lo que quiso decir era que «en España hay algunos partidos políticos, muy poco significativos políticamente, como la Comunión Tradicionalista, la Alternativa Española o la Falange de las JONS que dicen que quieren asumir la doctrina social católica en su integridad y que, como tales, merecen alguna consideración y respeto».
«La Iglesia, en general, no tiene y ni siquiera recomienda los partidos confesionales, ni pide a los católicos los votos a los partidos confesionales porque hay que tener en cuenta otros muchos elementos. Más bien -añadió ayer- exhorta a los católicos a participar en los partidos aunque no sean confesionales con tal que respeten su libertad de conciencia».
El prelado aseguró también que en ningún momento dijo «a quién deben votar» los ciudadanos, sino «con qué criterios morales los católicos deben participar en los partidos políticos aunque no sean confesionales y aunque no se ajusten del todo a la moral católica».
Tras señalar que «nunca» apoyaría a un partido que no fuera «sinceramente democrático, incluso sinceramente constitucionalista», el arzobispo de Iruñea añadió: «Pero claro, me niego a aceptar que la confesión de fe católica en la vida pública sea interpretada como una posición de extrema derecha». Y añadió que en la actualidad los católicos están sometidos «a mucha presión, en condiciones de inferioridad muy grandes que les impide demostrar sus creencias en la vida pública».
Sanz, el primero en reaccionar
El presidente del Gobierno de Nafarroa y de UPN, Miguel Sanz, fue el primer político en reaccionar a las polémicas palabras del arzobispo de Iruñea. «Le conozco, y yo nunca uniría su pensamiento a ninguna idea totalitaria o no democrática», indicó Sanz a los medios, tras advertir de la posibilidad de que «no se hayan entendido» las palabras de Fernando Sebastián.
Sanz respaldó la trayectoria del arzobispo, de cuyos discursos dijo que «son siempre ponderados, unidos a los valores», e insistió en que «o no se han entendido bien sus palabras en esta ocasión, o realmente él no ha dicho eso, o no ha querido decir eso que algunos pretenden».
Por su parte, las Juventudes de IUN y Batzarre interpretaron que las declaraciones del arzobispo de Iruñea le sitúan «en una posición fascista». Los primeros hicieron un llamamiento a todos los jóvenes católicos de izquierdas a que «se rebelen frente a una jerarquía eclesiástica facha, caduca y defensora del poder establecido».
Batzarre aclaró que el arzobispo, «como cualquier ciudadano, tiene derecho a expresar su preferencia política», pero considera «improcedente» que lo haga «en pro de unas opciones que en su día impulsaron un golpe de Estado en España que supuso cientos de miles de fusilados y cuarenta años de dictadura».
«Asesinato de abertzales»
El presidente del grupo parlamentario de Esquerra Republicana de Catalunya en el Congreso español, Agustí Cerd, censuró el «silencio cómplice» de la Conferencia Episcopal Española ante las palabras de Sebastián, y recordó que la Falange «fue responsable en su momento del asesinato de muchos republicanos y abertzales en Navarra».
«Cuanto antes deje su puesto y se marche de Navarra, mucho mejor». Éste es el deseo de Batasuna con respecto a Fernando Sebastián, de quien destaca que «ha trabajado siempre como un servidor de España en un territorio hostil y el día que se vaya respirarán con alivio muchos no cristianos, pero también muchos cristianos».
Batasuna recuerda que el arzobispo de Iruñea se ha manifestado contra la insumisión, la homosexualidad, la libertad sexual, el proyecto abertzale y todas las ideas progresistas. «Ha sido un fanático religioso que no ha hecho sino crear crispación, un auténtico indeseable», afirma. También indica que llegó a Iruñea «por una decisión política y con una misión política: limpiar la Iglesia navarra de elementos progresistas y abertzales y ponerla totalmente al servicio de la derecha».
«Se quiso traer un arzobispo español, como ha sido la tónica dominante desde 1512, y se quiso hacer esto desde la visión colonial que siempre ha tenido la Iglesia española de la comunidad cristiana vasca», afirma en una nota de prensa. Y añade lo siguiente: «Cada hora que pasa sin que Sebastián sea destituido y obligado a rectificar es un escándalo. No se trata ya de las barbaridades de un individuo que siempre se ha caracterizado por su talante extremista y pendenciero, sino de la actitud de la Iglesia católica, que lejos de enmendarle la plana le permite seguir en el puesto sin nombrar un sustituto. Esperamos que no vuelva a repetirse el error de traer un arzobispo extranjero paladín del fundamentalismo a reproducir comportamientos coloniales».
El arzobispo no se desdice de sus afirmaciones pero aclara que no dijo a quién tienen que votar los ciudadanos, sino «con qué criterios morales los católicos deben participar en los partidos políticos».
