Dar luz «a esos seres invisibles que son los obreros» es el objetivo ``En el hoyo'', cinta de Juan Carlos Rulfo, ganador de más de 25 premios, entre ellos el de Mejor Documental de Sundance, donde consigue «extraer belleza de la fealdad», pues, como dice, «el caos es fotogénico. Es el mejor set».

El hijo del escritor Juan Rulfo ha logrado con su tercer filme «abrir al mundo una puerta para mostrar mi ciudad». Afirma el cineasta que gusta de buscar donde nadie lo hace. Así, entró en contacto con los obreros que trabajaban en la construcción de un puente de autopista de gigantescas dimensiones, en mitad de México D.F.

Su intención era plasmar una realidad cotidiana y, al tiempo, dejar constancia de un pedazo de la memoria histórica de su ciudad: «Yo soy poco imaginativo, no sabía qué contar, pero al mirar a mi alrededor comprendí que ahí había muchos cuentos universales. Uno era el de esos obreros a quienes me acerqué con mi cámara y ofreciéndoles una botella de agua».

«Mis dos filmes anteriores están basados en la memoria, en cómo van cambiando las cosas y se van perdiendo. Aquí quise escarbar en una ciudad que cambia, y fue la excusa para meterme en el puente y con los obreros», explica Rulfo, quien al comentar su trama recibía sugerencias «tópicas. Me remitían a tratar lugares comunes como el sufrimiento, la pobreza y la marginación. Al dejar todo eso de lado, ves que hay otras cosas».

Y esas cuestiones son las que muestra ``En el hoyo'', que se estrena el día 25. «El albañil es un icono de la raíz cultural mexicana, un personaje juguetón, con una manera peculiar de expresarse, pero también encarna la parte ácida de la ciudad y da miedo. Tienes que ganarte su respeto y yo, aparte de brindarles agua, organicé una comida con un grupo de ellos que se convirtieron en amigos», cuenta Rulfo, que, tras una aparente rudeza, ha encontrado «la ternura».