Raimundo Fitero
Ajustes
De tal palo tal astilla. El canal Cuatro estrenó con mucha promoción una nueva serie policíaca, la colocó detrás de «House», y consiguió una buena audiencia para los números habituales de la cadena, aunque la serie despierta muchas dudas. «Cuenta atrás» busca emular el lenguaje narrativo americano. Las series de producción propia, autonómicas o estatales, con cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado como protagonistas tienen una impronta específica, se elaboran a partir de unas referencia localistas, de una idiosincrasia particular. En este caso, desde la increíble primera escena en la que una policía se dirige a despertar a Corso, es decir al personaje protagonista de la serie, un policía joven que en esa escena se nos presenta en desnudo trasero acompañado en la cama por dos señoritas de muy buen ver, una de las cuales aparece con los pechos al aire, se va marcando un estilo no muy acostumbrado y con un mensaje muy controvertido: nuestro héroe es, además, un super macho, un castigador y se presenta a resolver su primer caso tarde y con una resaca espectacular.
Colocados en este punto de arranque, descubrimos que los casos se resuelven a partir de vueltas al pasado, de una reconstrucción de atrás a delante que es un recurso bastante usado en todas las series que nos rodean, empezando por los forenses. Por lo tanto, debemos sustentar nuestra atención en el caso investigado, en sus tramas, y en los policías, sus actitudes y relaciones. Y ahí empieza la serie a abrir interrogantes enormes. Dani Martí es Corso. El protagonista está interpretado por este cantante, y debemos convenir que da el tipo. Por los pelos, pero tiene cuerpo duro, rozando la edad en la que se puede hacer creíble. Se acompaña de otros jóvenes actores haciendo de maderos y el apoyo de más veteranos, para darle un poco de juego a los guionistas. Pero resulta que si todo lo exterior es creíble, en cuanto habla el actor Dani, se le va la fuerza. No matiza, dice todas las frases iguales, no aporta calidad, ni calor, ni distancia. Solamente aguanta bien en las escenas de violencia. Y esto, por muy famoso que se sea, es muy poco para aguantar a la competencia.