A juicio de Confebask, la rebaja aplicada al tipo impositivo en los impuestos que pagan las empresas no implica un descenso de los ingresos en las haciendas vascas. Así lo manifestó ayer el presidente de la patronal vasca, Miguel Lazpiur, quien no ocultó su inquietud por el hecho de que el Impuesto de Sociedades «empiece a suscitar controversia también dentro de nuestra comunidad».

Lazpiur mostró el malestar de la patronal vasca con que «se trate de achacar a su reducción», en referencia al citado Impuesto de Sociedades, «descensos de recaudación que nunca han sido tales» y defendió que la medida «obedece precisamente a un intento de ser más competitivos».

En su intervención en los desayunos de Forum Europa, de Nueva Economía, Lazpiur reconoció asimismo que la economía vasca registra «un comportamiento muy favorable, con muchos años de crecimiento elevado e ininterrumpido, tasas de empleo y de paro muy positivas, récord de personas ocupadas y un alto nivel de renta y bienestar» y destacó que «son las empresas, cualquiera que sea su forma o titularidad, las únicas que generan la riqueza de un país y también en el grueso de su empleo».

Lazpiur apuntó que las empresas privadas vascas aportaron al Producto Interior Bruto (PIB) 50.000 millones de euros y que las mismas invirtieron otros 18.000 millones de euros. No hizo referencia, sin embargo, a los importantes beneficios obtenidos por las empresas durante el pasado ejercicio, con incrementos del orden del 30%.

Ahondó en que «a las empresas privadas vascas se debe, por ejemplo, que hoy tengamos 205.000 empleos más que hace diez años y que haya trabajando en el sector privado 821.000 personas.

«Menos conflictividad»

En referencia a las relaciones laborales, Lazpiur aseguró que «se están cerrando acuerdos», que las empresas «no paran» y que hay «menos conflictividad que nunca». No obstante, censuró la actitud de ELA, «porque todo lo que sean relaciones laborales está bloqueado».

Alertó también sobre «la falta de profesionales». «La carencia de profesionales cualificados que hoy alarma ya a muchos de nuestros sectores productivos constituye en estos momentos el principal obstáculo para el crecimiento de las empresas. A futuro todavía más, porque afectará a la supervivencia de éstas». En este sentido, apostó por la incorporación de las mujeres a «aquellos ámbitos y profesiones técnico-industriales que más requieren de su concurso y que, por otra parte, más expectativas profesionales, de remuneración y empleabilidad les ofrecen».