El líder islámico somalí más influyente llama a la guerra contra los etíopes
GARA |
El líder islámico más influyente en Somalia, Sharif Sheikh Ahmed, llamó ayer a los ciudadanos somalíes, desde su exilio en Asmara, capital de Eritrea, a levantarse en armas contra los invasores etíopes.
El ex líder de la Unión de los Tribunales Islámicos animó a sus compatriotas a hacer la guerra contra las tropas de Etiopía hasta echarles del país. El Ejército etíope invadió el territorio somalí en diciembre de 2006 para expulsar a los milicianos de los Tribunales Islámicos que controlaban buena parte del país, alegando el temor a que su expansión atravesara su frontera común.
«La ocupación etíope acabará pronto porque los somalíes lucharán contra los invasores cristianos», advirtió Sheikh Ahmed.
«Etiopía no tiene derecho a ocupar Somalia, pero el régimen de Bush les está dando luz verde, así como también lo están permitiendo las Naciones Unidas», añadió.
Esta invitación a la lucha armada es la continuación de un comunicado reciente del mismo líder conjuntamente con el antiguo portavoz del Parlamento somalí de transición, Sharif Hassan Sheikh Adan, y el viceprimer ministro, Hussein Aideed, en el que se exigía al Gobierno etíope que retirara pronto sus tropas de Somalia.
«Retirada inmediata»
Los tres dirigentes alentaban a los ciudadanos somalíes a olvidar las disputas pasadas entre ellos, que causaron diecisiete años de guerra civil, y a hacer frente común contra los invasores, a quienes pidieron «la retirada inmediata e incondicional de las tropas» bajo la amenaza que si no «los somalíes no pararán de luchar».
El mensaje del influyente Sheikh Ahmed lo han recibido sus miles de seguidores islámicos, establecidos en la capital, Mogadiscio, y en otras regiones del país, y que esperan poder instaurar un régimen islámico en Somalia.
Los ataques contra los soldados y oficiales gubernamentales son frecuentes.
Mientras tanto, miles de personas siguen viviendo bajo los árboles, a las afueras de la capital, mostrándose escépticos respecto al retorno a sus hogares, aunque la violencia ha disminuido en los últimos días tras dos semanas de duros combates entre fuerzas etíopes y la insurgencia islámica y las milicias de los clanes.