Un camión-bomba mata a veinte personas en la capital del Kurdistán sur
Al menos veinte personas murieron y setenta más resultaron heridas ayer en Erbil, la capital del Kurdistán iraquí, al estallar un camión-bomba frente a la sede del Ministerio kurdo del Interior y cerca del parlamento. El atentado coincidió con una nueva visita sorpresa del vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, al Irak ocupado, donde reclamó a los líderes iraquíes que dupliquen sus esfuerzos en favor de la reconciliación nacional.
GARA |
La potente explosión que ayer causó una veintena de muertos y alrededor de 70 heridos en Erbil tuvo lugar frente a la sede del Ministerio kurdo del Interior de la capital del Kurdistán iraquí, una zona que tradicionalmente ha esquivado las acciones derivadas del enfrentamiento entre las comunidades suní y chií que proliferan en el Irak ocupado.
El camión-bomba estaba cargado con 800 kilogramos del potente explosivo trinitrotolueno, según informaron las fuerzas de seguridad de Erbil.
Muchos de los heridos se encontraban en estado crítico, por lo que era previsible un incremento en el número de víctimas mortales. Inmediatamente después de la deflagración, que se produjo, cerca del Parlamento kurdo, varias unidades de «peshmergas» (milicianos kurdos) cercaron la zona.
Según las informaciones difundidas, entre los fallecidos y heridos hay muchos «peshmergas» y también funcionarios de Interior, aunque la mayoría son civiles que caminaban por el lugar de la explosión.
Pese a la relativa tranquilidad existente en esta ciudad, en Erbil han tenido lugar algunos de los atentados más sangrientos desde la invasión. En febrero de 2004, 109 personas murieron en sendos ataques a las sedes de los dos principales partidos kurdos y en mayo de 2005, un atentado contra un centro de reclutamiento de policías dejó más de 60 muertos.
Durante la jornada de ayer, hombres armados con ametralladoras abrieron fuego cerca de Kirkuk contra un un vehículo en el que viajaban cuatro periodistas iraquíes, matando a todos sus ocupantes. Los cuatro trabajaban para la compañía independiente de comunicación Al Raad. Entre las víctimas está su director, Raad Motachar.
Además, al menos otros cuatro iraquíes, entre ellos el director general del Ministerio de Vivienda, murieron en distintos ataques en Mosul y Bagdad.
Las tropas estadounidenses sufrieron también bajas en Diyala, donde murió un soldado en un tiroteo, y al sur de Bagdad, donde dos marines fallecieron al estallar una bomba al paso de su patrulla.
Visita sorpresa
Esos atentados y ataques coincidieron con una nueva visita sorpresa del vicepresidente estadounidense, Dick Cheney, a Bagdad, donde se entrevistó con el presidente iraquí, Nuri al Maliki, el comandante de las tropas de EEUU en el Irak ocupado, David Petraeus, y con el nuevo embajador de su país, Ryan Crocker. Muy cerca de la Zona Verde, donde estaba, impactaron dos proyectiles de mortero.
Cheney llegó a la capital iraquí, primera etapa de la gira que realizará esta semana por Oriente Próximo, para reclamar a los líderes de Irak que dupliquen sus esfuerzos en favor de la reconciliación nacional. Cheney y Al Maliki admitieron contratiempos en sus «operaciones de seguridad» pero prometieron que seguirán trabajando juntos.
La visita coincidió con la manifestación de miles de iraquíes en la ciudad de Basora, de mayoria chií, para protestar contra lo que consideran «un caos provocado por las milicias incontroladas» y exigir al gobernador que tome medidas en contra de esas milicias, cuyos proyectiles están causando víctimas en zonas residenciales.
El presidente de EEUU, George W. Bush, vetará el nuevo intento de la oposición demócrata en el Congreso de condicionar la dotación de fondos para financiar la guerra en Irak, afirmó ayer el portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow.
Dos proyectiles de mortero impactaron ayer por la tarde cerca de la llamada Zona Verde. En su interior, se encontraba de visita el vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, de gira por Irak, Egipto y Arabia Saudí.