BARCELONA 29

PORTLAND 29

Ambos equipos iniciaron el encuentro con mucha intensidad, pero no con el mismo acierto de cara a gol. Muy mal comenzó el conjunto iruindarra, que erró casi todos sus lanzamientos. Por el contrario, el conjunto de Xesco Espar imprimió un ritmo de juego muy alto y tomó la delantera pronto en el marcador. Vori ganó la partida a Juancho Pérez y Jorgensen en el pivote y provocó numerosos penaltis a favor de los catalanes. Primero Juanín y más tarde Víctor Tomás los aprovecharon para ir ampliando la ventaja, que llegó a ser de hasta seis goles en el minuto 19 (12-6).

También colaboró mucho la ineficacia visitante en ataque, pues los de Zupo Ekisoain estuvieron más de siete minutos sin marcar. Ni Balic, ni Kjelling encontraron la manera de hacer funcionar a su equipo y sólo Ruesga se salvó de la quema.

Portland reaccionó en los últimos diez minutos. La defensa visitante se tornó más agresiva y eso permitió salir con más rapidez a la contra, mientras que el conjunto culé no tuvo el mismo acierto de cara a puerta que en los compases iniciales. Al final del primer tiempo se llegó con una renta de tres goles para los azulgranas (15-12).

Balic y Rocas, al rescate

El inicio de la segunda mitad fue más igualado y la ventaja catalana fluctuó entre los dos y tres goles. No obstante, las estrellas navarras comenzaron a aparecer y tanto Balic como Rocas se convirtieron en un quebradero de cabeza para la zaga local.

Tras ir a remolque en el marcador desde el primer minuto -sólo se puso por delante en el 0-1-, Portland logró empatar el partido en el minuto 47 (22-22) y metió el miedo en el cuerpo a los de Espar. El choque entró en una nueva dimensión. El juego fue menos fluido, las protestas se multiplicaron e incluso el público local apretó más.

Los últimos minutos del encuentro fueron espectaculares. A cada gol del Barcelona, liderado por un gran Iker Romero, respondía el conjunto navarro, que aguantó muy bien la presión que suponía perder sus opciones al título en caso de derrota.

Los catalanes dispusieron de la última oportunidad para ganar, pero no pudieron superar la firme defensa visitante. Por consiguiente, se firmaron unas tablas que dejan la Liga prácticamente imposible para los navarros, que están ahora a dos puntos del Ciudad Real.

El gol-average particular lo tienen empatado -ambos ganaron de tres goles en sus canchas-, pero el gol-average general es muy favorable a los manchegos. Por lo tanto, Ciudad Real debería de perder al menos tres puntos en las tres jornadas que restan, algo que se antoja casi imposible.