Maite SOROA
Los análisis, cada vez más alambicados
Ahora se han puesto en plan catastrofista y así les salen los análisis políticos que les salen.
Decía esta semana Pascual Tamburri en «El Semanal Digital» que ZP «teme un atentado inminente de ETA contra un político del Partido Popular o de Unión del Pueblo Navarro». Y que eso «es malo para la democracia, para el Estado de Derecho y sencillamente para la nación española. Pero tampoco es bueno para el PNV, que observa inquieto cómo el PSOE trata a sus espaldas con la `izquierda abertzale'. Así que nada más lógico que Josu Jon Imaz rechace negociar `el futuro político de Euskadi con ETA' y que sólo admita el diálogo con la banda terrorista tras el cese definitivo de la violencia, `circunstancia que no concurre hoy en día'. Y es que el presidente del PNV sabe mucho de estas cosas». O sea que el que se quiere cargar todo es J.J. Lo dice Tamburri, ¡oiga!
La cosa es más complicada de lo que parece porque, según el fachendoso, «el PSOE mira a corto plazo, piensa en los réditos electorales del `proceso' y en la posibilidad de desbloquear Navarra. Por eso se acusa constantemente al PP de haber convertido el terrorismo en el centro de su discurso. El PNV mira más allá de ZP, y piensa por un lado en la posible repercusión de ETA en las urnas y por otro en las futuras alianzas. Zapatero ha roto el `frente constitucionalista', es cierto, para intentar un `frente anti-PP'; Joseba Egibar se encuentra a su gusto en esa compañía, pero no es el caso de Imaz». Ya va despejando dudas.
Pero lo crudo está por llegar y Tamburri desnuda la estrategia del presidente jelkide: «Aunque el `proceso' fuese bien -y es probable que vaya mal o muy mal- Imaz tiene que pensar desde el EBB en el futuro del País Vasco y de su partido. La demagogia zapaterista pudo hacer gracia cuando triunfó en Madrid, sobre todo porque desplazó al intratable Aznar. Pero a este lado del Ebro, de la mano de una ETA armada y peligrosa, les gusta francamente poco; y Rajoy tiene en su mano hacer política en ese entorno enfangado. Puede, desde luego, limitarse a hacer teología como algunos le aconsejan, pero la política es como la guerra: hay que romper el frente del adversario, formar uno más fuerte, rodearlo y derrotarlo».
O sea, que al final el PNV pactará con el PP. Algo así me ha parecido entender.