Segunda El Alavés deja a dos puntos el descenso tras una inesperada remontada
Rebelión ante un destino escrito
La afición, que respondió al equipo en su momento más crítico, fue el punto de apoyo que aprovechó un Alavés que parecía condenado para revertir una situación muy adversa y convertir el funeral del descanso en una fiesta por ver al equipo fuera del descenso
ALAVES 2
POLI EJIDO 1
Jon ORMAZABAL | GASTEIZ
El Deportivo Alavés se rebeló ayer ante un destino que parecía escrito y que lo condenaba irremediablemente al abismo. Tras una hora de deambular por el campo «como pollos sin cabeza» y un remate muy flojo y lejano de Carpintero como paupérrimo bagaje ofensivo, un equipo no roto, sino destrozado, encontró en el público de Mendizorrotza el punto de apoyo para revertir una situación agónica y lo que parecía un milagro se obró.
El gol del Vecindario ante el Real Madrid Castilla fue la chispa que expoleó a una afición que ya preparaba el coche para Arlonagusia o Lasesarre de cara al año que viene y ese ambiente especial y futbolero que tanto se echaba en falta en el estadio gasteiztarra llevó en volandas al equipo en los mejores 20 minutos en muchísimo tiempo.
Aquel que dijo que el fútbol «es un estado de ánimo» pudo corroborar que está en lo cierto, porque de otra manera no es nada fácil explicar la metamorfosis que se vivió en los últimos minutos ayer en el Paseo de Cervantes. Para los más estudiosos y tácticos de esto del fútbol se puede hablar del cambio vivido con la entrada en el campo de Jandro y Toni Moral, con lo que el equipo supo a lo que jugaba y tuvo el balón en sus pies por primera vez durante todo el partido, pero lo de ayer fue más allá. Y es que, resulta increíble como un rechace de un nefasto remate -precedido eso sí de una gran jugada entre Jandro y De Lucas- puede llegar a cambiar no ya sólo un partido, sino una tendencia autodestructiva.
Así, el gol en propia puerta de López Ramos tras un remate de Elton que vaya usted a saber a dónde iba, produjo una especie de metamorfosis difícil de ver. El equipo sacó provecho de las dosis de oxígeno que le insuflaron el error del defensor andaluz y el gol del Vecindario que condenaba a un Real Madrid Castilla que ahora queda a dos puntos y en los veinte minutos restantes hasta el final, los albiazules tuvieron todas las oportunidades que se habían echado en falta hasta entonces, hasta que Wellington llevó el delirio a la grada al cabecear a gol un magnífico centro de De Lucas desde la derecha.
Del negro al blanco
Hasta este segundo gol, la sensación desde el afortunado primer tanto era de que era cuestión de tiempo, del mismo modo que hasta ese instante mágico parecía que el equipo gasteiztarra no iba a ser capaz de perforar la portería de Kike ni jugando tres días seguidos.
Porque el feliz y emocionante final hará que como decía una una de las pancartas colgadas en las gradas, «que todo lo sufrido hasta entonces merezca la pena». Porque esa primera hora de juego fue un verdadero suplicio. La efervescencia albiazul duró lo que una botella de gaseosa al ser abierta y el Poli Ejido no tuvo problemas para pasar por encima del Alavés, eso sí, con mucho cuidado de no hurgar en la herida albiazul.
Perdidos sobre el césped víctimas de su propia presión y de una alineación que deja muchas dudas sobre los motivos que llevan a Yagüe a preferir a unos jugadores sobre otros, los albiazules vagaron por el terreno de juego sin ideas ni crear juego. Sólo un par de cantadas de un Kike que parecía apiadarse de su ex equipo en dos salidas dieron sensación de peligro. El Poli Ejido, mucho mejor colocado, aprovechó el claro penalti, pero se apiadó del rival y lo pagó con una remontada no esperada.
Aitor Arregi
Los anunciantes queremos agradecer al oriotarra, con el que seguimos disfrutando tanto ahora como lo hacíamos sobre el césped.
El discurso de Quique Yagüe ha cambiado en una semana casi tanto como el partido de ayer en veinte minutos. Y es que, si la semana pasada cargó duramente contra sus jugadores por falta de implicación, ayer puso un diez a la plantilla, lo mismo que hizo con la afición. «El vestuario ahora mismo es una fiesta lo mismo que podía haber sido un funeral. Es como si les hubieses quitado una losa de encima. Hoy debo dar un diez a los jugadores y otro diez a la afición, que ha estado impresionante. Los jugadores han corrido porque la afición los ha estado espoleando desde el primer minuto, nadie ha dicho ni media palabra y ahora mismo lo único que puedo decir es que chapeau para los dos».
En este sentido, el técnico abulense achacó a los nervios que muchas veces no salgan las cosas. «A los jugadores muchas veces no les salen las cosas por los nervios, por la tensión. Necesitábamos un partido que nos saliera y que tuviéramos un poco de suerte para hacer lo que hemos hecho en esos minutos, La gente se ha soltado, ha querido y se nota que hay calidad».
Por todo ello, la victoria de ayer es importantísima en el futuro albiazul. «Esta victoria nos da mucho, sobre todo verse fuera de esa zona de descenso, le da alas al equipo. Sacar el partido, además con esa pizca de suerte, lleva al jugador a estar en la gloria. Lo que pasa es que hay que bajar, ponerse las pilas y volver a trabajar para el próximo partido», señaló Yagüe.
Lo que no termina de estar claro es el once inicial empleado y cómo jugadores como Mateo, Moral o Jandro no tengan un hueco desde el inicio, o que Gaspar se quede fuera de la lista y Coromina sea titular incluso estando tocado. «Hemos apostado por Elton porque queríamos mantener un poco más el centro del campo, que lo perdíamos en cada partido y después de lo de Murcia, es lastimoso presentarse en casa y que nos ganaran el medio campo. Arthuro se ha lesionado, tuvo un cólico el otro día y se ha resentido, porque eso pasa factura. Nos hemos puesto por detrás pero no era cuestión de irte arriba por las buenas. Lo repito, este equipo tiene gol y cuando mantengamos la puerta a cero sacaremos muchísimos partidos», se excusó el técnico albiazul.
El Almería del hondarribitarra Unai Emery certificó ayer matemáticamente su ascenso a Primera División tras imponerse a la Ponferradina por 3-1, a pesar de que los leoneses se adelantaron pronto en el marcador. El equipo andaluz regresa a la máxima categoría 26 temporadas después.
El delantero gabonés Henri Antchouet, cedido en el Larissa griego, equipo con el que venció la Copa griega ante el Panathinaikos, se expone a una dura sanción, después de haber dado positivo por cocaína en un reciente control antidoping.