ELECCIONES EN EUSKAL HERRIA
El PNV presenta a la abstención como su «peor enemigo»
La abstención y la desmovilización del electorado. El PNV describió ayer en Eibar sus temores más inmediatos de cara a la pugna electoral del domingo. La formación jeltzale reiteró por boca de tres de sus dirigentes la perentoria necesidad de que sus simpatizantes «no se queden en casa».
GARA | EIBAR
El PNV alertó ayer por tres veces del riesgo que supone para la formación jeltzale «la desmovilización» de su electorado, y reconoció que su temor y «peor enemigo» es la abstención. En un acto celebrado en Eibar, y en el que participaron tanto el lehendakari, Juan José Ibarretxe, como el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, y el candidato jeltzale para las JJGG de Gipuzkoa, Markel Olano, insistieron, una y otra vez, en emplazar a sus simpatizantes para que el próximo domingo acudan a las urnas.
La formación jeltzale mostró ayer sin disimulos su temor a cosechar un descenso en el respaldo electoral, tal y como vaticinan los sondeos, y con objeto de contrarrestar esa sensación reiteró a su electorado el mensaje de que el domingo «no se quede en casa». En el mitin celebrado en Eibar, el discurso que lanzó la formación jeltzale fue directamente dirigida en contra de la abstención, con la intención de generar entre sus simpatizantes la necesidad de que acudan a votar..
El lehendakari, que fue el primero en intervenir, afirmó entender «que la gente esté cabreada porque ha visto frustradas» sus esperanzar de avanzar hacia un escenario de paz para Euskal Herria. Ibarretxe reconoció que él mismo también «está cabreado» porque desea «un futuro mejor», pero sostuvo y reiteró que «no es el momento de quedarse en casa, aunque se esté cansado o harto».
«El diálogo como delito»
El lehendakari añadió al respecto que, a su juicio, existen dos motivos principales para caer en el pesimismo. Por un lado, que se considere «el diálogo como delito, ya que si se niega el diálogo se niega la esperanza»; y por otro «quedarse en casa» y no acudir a las urnas.
Acto seguido, dirigió todas sus palabras a resaltar «la honestidad» de la formación jeltzale, que en las últimas semanas ha quedado tocada. Al respecto del presunto fraude de la Hacienda de Irun, Ibarretxe admitió que «tendrá sus costes» para el PNV, aunque vaticinó que «a medio y a largo plazo, la sociedad vasca sabrá reconocer que aquí se ha obrado con honestidad». Y para finalizar su intervención criticó al PSE, por emplear el escándalo de la Hacienda en la contienda electoral.
Una vez que Ibarretxe finalizó su alocución, fue el presidente del EBB, Josu Jon Imaz, el que retomó el mensaje contra la abstención electoral. Imaz, además, pidió que nadie le «enrede» con las posibilidades de pactos post electorales, ya que, a su parecer, la pretensión del PNV es «gobernar en solitario allá donde pueda». Además, erigió a la formación jeltzale como «el cauce central de la sociedad vasca».
Esta vez sin hacer mención alguna del guiño realizado al PP de cara a los comicios generales de 2008, Imaz sostuvo que el PNV garantiza que las instituciones vascas se gobiernen «desde aquí» y no estén supeditadas a «estrategias dirigidas desde Madrid», como ocurre, según opinó, con el PP y el PSE.
El líder jeltzale no hizo especial hincapié en el proceso político, pero tanto Ibarretxe como el candidato a JJGG de Gipuzkoa, Markel Olano, incidieron en reprochar a ETA el «hundir» el «proceso de paz entre los escombros de la T4 de Barajas».
Olano acusó a la organización armada vasca de «no aceptar que el tiempo de la violencia política ha acabado» y de «bloquear» el proceso en Barajas. El jeltzale también acusó al Gobierno español de parar el proceso de «normalización», «al no aceptar a Euskal Herria como sujeto político».
Una veintena de simpatizantes de la izquierda abertzale, custodiados en todo momento por agentes antidisturbios de la Ertzaintza, protestaron en el exterior del mitin coreando lemas como «PNV español» y «PNV, siervo del Estado».