El frenazo de varios vehículos al ver un autobús que estaba parado en llamas es el posible origen del accidente múltiple ocurrido a primera hora de la mañana de ayer, bajo una intensa niebla, a la altura de la localidad alavesa de Donemiliaga, según se desprende de las declaraciones efectuadas por Félix Perez de Heredia, conductor del autocar de la compañía La Burundesa que se incendió, a Radio Vitoria. Esta versión fue confirmada tras las primeras investigaciones de la Ertzaintza.

Perez de Heredia narró que transportaba ocho viajeros en el servicio regular Gasteiz-Iruñea de las 6.30. Al salir de su parada de Agurain e incorporarse a la N-I, el autobús tuvo un problema mecánico, comenzó a salir abundante humo de la parte trasera del vehículo y terminó incendiándose.

Los ocho pasajeros, habituales de la línea, abandonaron el autobús de la compañía La Burundesa sin problemas y esperaron en el arcen a que llegaran los servicios de emergencias. El vehículo quedó completamente calcinado obstaculizando parcialmente el paso por el carril derecho de la calzada. Los viajeros fueron trasladados posteriormente hasta el restaurante El Ventorro, en Araia, donde aguardaron a la llegada de otro autobús que les trasladó hasta la capital navarra.

El conductor explicó a la emisora gasteiztarra que, en medio de una densa niebla, comenzó a oír golpes por detrás, por lo que supuso que al ver la niebla, el humo negro y las llamas del autocar, los vehículos que circulaban por detrás frenaron de golpe, lo que provocó las colisiones en cadena, por alcance. Tres de los conductores tuvieron que ser desencarcelados por los bomberos al quedar atrapados en el interior de sus coches.

Entre los quince vehículos accidentados había varias pequeñas furgonetas de transporte, cuatro camiones y unidades de la Ertzaintza. El balance del siniestro fue de un fallecido y diecinueve heridos, que fueron trasladados a los hospitales gasteiztarras de Txagorritxu y Santiago por numerosas ambulancias que tuvieron problemas para llegar al lugar debido a las importantes retenciones.

En el primero de los centros sanitarios fueron atendidas once personas, de las que cuatro fueron ingresadas, dos con pronóstico grave y otras dos reservado. En el Hospital de Santiago se internó a cuatro personas con diferentes fracturas y traumatismos, de las cuales dos estaban muy graves y otras dos con pronóstico reservado. El resto de los afectados fue dado de alta una vez atendidos de las contusiones sufridas.

La carretera en la que sucedió el accidente, la N-I, estuvo cortada en dirección a Donostia durante horas, lo que provocó varios kilómetros de cola. Las retenciones llegaron hasta el parador de Argomaniz, a una docena de kilómetros del lugar del siniestro. La intensa niebla dificultó mucho la visibilidad.

En este atasco se produjo un segundo accidente, con otros cuatro vehículos implicados, al parecer sin heridos de consideración. También hubo tráfico denso en la N-I en sentido Altsasu-Gasteiz, ya que se habilitó un carril para que los bomberos pudieran trabajar en la zona, al igual que las numerosas ambulancias y grúas que acudieron para despejar la calzada.